¿Qué hizo para merecer esto? Isra al-Masri es otra víctima de la cruel guerra en Siria. Ella no golpea una bomba mientras estudiaba en una escuela. Tampoco fue un francotirador al acecho escondido desde un tejado para pasar a su siguiente víctima. Isra hambre.
La pequeña Isra al-Masri, poco antes de morir. (AP / Palestina Siria)
Isra tiene los ojos hundidos y la inflamación de la lengua asomando de sus labios. Es el rostro del horror de la guerra que no distingue entre civiles, mujeres o niños. La niña recibió un disparo, parpadeó lentamente, por un minuto mujer no identificados antes de su muerte como lo explicó la agencia AP.
Isra vivió en el campamento de Yarmouk, uno de los lugares más afectados por la guerra civil. Sin electricidad ni agua corriente. No hay leche. Se desconoce el número exacto de los que se quedan en este campo porque muchos han huido a otros lugares, porque saben que si se quedan en este infierno, su futuro será pequeña Isra.
Los insurgentes tomaron el control en diciembre de 2012 y desde entonces ha sido escenario de enfrentamientos entre la oposición y las fuerzas del gobierno. Desde julio de 2013, las autoridades mantienen un cerco alrededor de Al Yarmuk, lo que ha llevado al deterioro de las condiciones de vida.
A lo largo de los tres años desde el comienzo de este conflicto, las noticias acerca de la situación que enfrenta el pueblo es cada día más dramática. El bombardeo, la lucha y la confrontación, debemos ahora añadir un nuevo frente: el hambre y el frío son las nuevas armas mortales que matan a los sirios.
A pocos minutos de Damasco, niños, ancianos y otras personas desplazadas por la guerra civil en Siria se mueren de hambre en un campamento sitiado donde las mujeres desafían los francotiradores para buscar comida. ¿Es el campamento de Al Yarmuk, donde la muerte habita entre las tiendas del campamento.
"Al Yarmuk permanece cerrada a la ayuda humanitaria y es un lugar donde se ha convertido en algo normal para los palestinos y sirios que viven en él el sufrimiento humano en condiciones extremas muy difícil", explicó el portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados palestinos (UNRWA), Christopher Gunness.
Frenar la malnutrición y proporcionar ayuda a la población, incluyendo a los heridos en el conflicto y embarazada, ahora es otro de los retos que se libra en el campo de batalla. El acceso a las zonas especialmente amenazadas por la lucha se convirtió en el desafío de los organismos de ayuda humanitaria que ven a sus esfuerzos para servir a la atenuación de la población a las dificultades de acceso a las zonas de conflicto., Mujeres embarazadas heridos, los enfermos y no puede recibir ayuda.
Según la ONU, unas 200.000 personas fueron sitiados en zonas controladas por las fuerzas leales a Assad, sin alimentos, medicinas y combustible. Otras 50.000 personas que se encuentran en zonas controladas por las fuerzas rebeldes también están utilizando el hambre como arma de guerra. En total, casi 245.0000 personas en estado de sitio en su propio país se enfrentan a dificultades extremas, incluyendo grave escasez de alimentos.
Los niños, las mujeres y los hombres atrapados, hambrientos y enfermos. El sitio se ha convertido en un arma de guerra con miles de personas varadas, con la falta de suministros y no pueden obtener los servicios básicos.
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