Cuando la mayoría de la gente se imagina cocodrilos y caimanes, los ve contoneándose en el suelo o vadeando en el agua, no subiendo a los árboles. Sin embargo, la Universidad de Tennessee en Knoxville ha encontrado que estos reptiles pueden trepar a los árboles, incluso hasta las copas.
Vladimir Dinets, profesor asistente de investigación en el Departamento de Psicología, es el primero en estudiar a fondo el comportamiento de trepar a los árboles y tomar el sol. La investigación se publica en la revista Herpetology.
Dinets y sus colegas observaron especies de cocodrilos en tres continentes -Australia, África y América del Norte- y examinaron los estudios previos y observaciones anecdóticas.
Vladimir Dinets
Encontraron que cuatro especies subían a los árboles - por lo general por encima del agua - pero hasta dónde se aventuraban hacia arriba y hacia afuera variaba según sus tamaños. Los cocodrilos más pequeños pudieron subir más alto y más lejos que los de mayor tamaño. Se observaron algunas especies con capacidad de escalada de cuatro metros de altura en un tronco de árbol y cinco metros por una rama.
"Subir una colina empinada o una rama es mecánicamente semejante, suponiendo que la rama es lo suficientemente amplia como para caminar", escribieron los autores. "Aún así, la capacidad de subir verticalmente es una medida de la agilidad espectacular de los cocodrilos en la tierra".
Saltan si alguien se acerca
Los cocodrilos vistos trepando a los árboles, ya sea de noche o durante el día, temían ser descubiertos, y saltaban o caían al agua cuando un observador se acercaba a unos 10 metros de distancia. Esta respuesta llevó a los investigadores a creer que escalar a los árboles y tomar el sol son conductas motivadas por dos condiciones: la termorregulación y la vigilancia del hábitat.
"Las observaciones más frecuentes de subida a un árbol se encontraban en las zonas donde había pocos lugares para tomar el sol en el suelo, lo que implica que los individuos necesitan alternativas para regular su temperatura corporal", escribieron los autores. "Del mismo modo, su naturaleza cautelosa sugiere que la escalada conduce a una mejor supervisión de la zona sobre las amenazas y presas potenciales".
Los datos sugieren que al menos algunas especies de cocodrilos son capaces de trepar a los árboles a pesar de que carecen de las adaptaciones morfológicas obvias para hacerlo. La investigación realizada por Dinets publicada en 2013 encontró otra característica sorprendente en el cocodrilo: el uso de señuelos como palos para cazar sus presas. Más detalles de su investigación se pueden encontrar en su libro "Dragon Songs".
Más:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJA TU COMENTARIO