El patrimonio protegido se enfrenta a menudo al abandono y al olvido. En Andalucía, con 17.094 BIC declarados, las Administraciones se muestran ineficaces para velar por el mantenimiento de sus monumentos
“Los bienes culturales, testimonios vivos de nuestra civilización, constituyen el más valioso patrimonio que conforma nuestra realidad y futuro”.
La definición la ha dado la Junta de Andalucía, encargada de tutelar su protección. Son edificios, monumentos, paisajes, ruinas, iglesias, esculturas, pinturas y hasta árboles. Pero el afán proteccionista del Gobierno andaluz ha chocado con la realidad. Y la realidad es que muchos de esos Bienes de Interés Cultural (BIC) están abandonados, olvidados o destruidos por la suma del paso del tiempo y la negligencia de sus propietarios.
En Villamartín caía parte del castillo medieval de Matrera, levantado en el siglo XV. Una fortaleza que es BIC desde 1985, pero que su categoría no aceleró ni las negociaciones con su propietario particular para darle titularidad pública ni las obras que el Ayuntamiento pedía para consolidarlo.
Otro ejemplo se vivía en Cádiz. Un drago con 260 años caía desplomado sobre el patio de la antigua Escuela de Bellas Artes. Este drago no es un árbol cualquiera. En 2011 había sido declarado BIC dentro un programa para preservar el legado vinculado al bicentenario de la Constitución de 1812.
El drago ofreció sombra a los diputados y era, el último testigo vivo de aquellos acontecimientos. Pero la caída lo mató. Y se murió en un patio que dependía de la Junta, la Administración que autorizó su protección y se obligó a tutelar su cuidado.
Episodios como éste demuestran la escasa utilidad que tiene la declaración. La Junta ha protegido 20.945 bienes en la comunidad, de los cuales 17.094 son BIC inmuebles, muebles y actividades.
Los edificios —en 2011 había 3.731 protegidos— tampoco se salvan del abandono. Y Cádiz guarda otros vergonzantes casos. Ocurre con Valcárcel, un histórico conjunto frente a la playa de la Caleta, que lleva años vacío y descuidado, tanto que ya tiene una denuncia en los tribunales por daños al patrimonio. El edificio está cedido por la Diputación para construir un hotel pero la crisis lo ha dejado en tierra de nadie.
La ley andaluza de patrimonio de 2007 recoge en su artículo 14 que el propietario de un BIC, además de estar obligado a conservarlo y custodiarlo para “garantizar la salvaguarda de sus valores”, también debe permitir la visita pública gratuita al menos cuatro días al mes.
Este artículo se redactó pensando en la Iglesia, con espacios protegidos en los que cobra entrada haciendo caso omiso a la ley. Pero la norma también se ha vuelto en contra de la Junta, que mantiene cerrados, con la excusa de las obras, varios monumentos esenciales como el Teatro Romano de Cádiz, el segundo más grande del mundo y uno de los mejor conservados, que no se puede visitar desde julio de 2010.
La Real Fábrica de Artillería, con sus 55.000 metros cuadrados de arquitectura civil del siglo XVIII en pleno centro de la ciudad; y las Reales Atarazanas, un bosque de arcos mudéjares levantado en el siglo XIII por orden de Alfonso X El Sabio, son los BIC más desafortunados de Sevilla. La Fábrica de Artillería, cedida por el Ministerio de Defensa al Ayuntamiento en 2008, permanece cerrada y con sus cubiertas y cornisas en mal estado.
Atrás han quedado los planes de la anterior corporación municipal (PSOE) que quería convertirla en un gran espacio cultural similar al Matadero de Madrid. De momento, el actual equipo de gobierno (PP) no tiene planes para este enorme conjunto en el que se forjaron los cañones de la flota española, los leones que flanquean la entrada de las Cortes o el Giraldillo, la gran veleta que corona la Giralda.
La historia de las Reales Atarazanas es larga y, hasta ahora, sin final feliz. Las siete naves que quedan de las 17 que integraban el monumento ocupan 7.200 metros cuadrados de planta y pertenecen a la Junta desde 1993.
La adquisición se realizó para convertirlas en un gran centro de arte contemporáneo, un proyecto que no fructificó por falta de recursos. Mientras tanto, el edificio sin rehabilitar se ha usado para actos puntuales pero permanece cerrado. Su suerte parecía haber cambiado con la intervención de CaixaBank que, en 2009 tras recibir una concesión por 75 años, anunció la construcción de un CaixaForum con un proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
Otro sueño roto cuando, a finales de 2012, la entidad financiera decidió instalar su centro cultural en la Torre Pelli. Para compensar el cambio, CaixaBank anunció que aportaría 10 millones de euros para la rehabilitación del “espacio civil más imponente de la ciudad”, como lo definió Vázquez Consuegra. Aunque sus muros han oído ya muchas promesas como esta.
En Jaén, donde todo el conjunto histórico de la capital está protegido, muchos de sus edificios sufren un alarmante abandono, como el Cementerio de San Eufrasio, de 1829. El camposanto ha tenido que ser clausurado por su estado de ruina, la misma que asuela a los restos de la iglesia de San Miguel o a la casa mudéjar de la Virgen, en el barrio de San Juan. Y sonrojante resulta también el estado de degradación del barrio de la judería, a pesar de formar parte del Gran Itinerario Cultural Europeo de Patrimonio Judío.
En las afueras de la capital, el caso más alarmante es el del balneario y jardines de Jabalcuz, unos baños del siglo XVII abandonados desde la década de los 70 del pasado siglo. Este paraje fue cedido por la Junta al Ayuntamiento de Jaén por un plazo de 50 años para su rehabilitación y puesta en uso como balneario. Sin embargo, el conjunto termal sigue abandonado y las lluvias y los robos han agravado su estado.
En Almería, a pesar de que la Administración sí se ha ocupado del caso, el Cortijo del Fraile, dentro del parque natural del Cabo de Gata-Níjar, es casi una ruina.
El conjunto, en el que ocurrieron los hechos que sirvieron de inspiración a Federico García Lorca para escribir Bodas de sangre, es de propiedad privada y la Junta multó con 30.000 euros a sus propietarios por su deterioro.
En la actualidad, la Administración está negociando para adquirirlo. Mientras que el cargadero de mineral El Alquife, el Cable Inglés, una obra de ingeniería concebida para facilitar el transporte vía marítima del hierro, está a la espera de la segunda fase de su rehabilitación, aún sin presupuesto.
En la actualidad, la Administración está negociando para adquirirlo. Mientras que el cargadero de mineral El Alquife, el Cable Inglés, una obra de ingeniería concebida para facilitar el transporte vía marítima del hierro, está a la espera de la segunda fase de su rehabilitación, aún sin presupuesto.
En Málaga, el conjunto de La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro, que en 2012 recibió 628.229 visitas, casi el doble que el Museo Picasso (381.055), padece “una gestión deficiente que afecta a su conservación”, según arqueólogos y asociaciones ciudadanas. La Asociación Zegrí aboga por que ambas fortalezas sean declaradas conjunto monumental, lo que le retiraría la gestión al Ayuntamiento en beneficio de la Junta.
La arqueóloga Carmen Íñiguez sostiene que el conjunto necesita un plan director similar al que tienen Alhambra, Medina Azahara o los Reales Alcázares de Sevilla. “Así tendrían la protección integral que requieren, con pautas de investigación e intervención arqueológica no solo encaminadas a conservar lo ya existente, sino a facilitar nuevos trabajos y a acabar con los proyectos dispersos que provocan la falta de un plan anual de intervención”, señala.
En un claro estado de abandono se encuentra el convento de San Andrés, en el popular barrio de El Perchel. Un edificio del siglo XVI que acogió en sus últimas horas de vida al general José María Torrijos antes de ser fusilado en 1831 por su oposición al régimen absolutista de Fernando VII.
Pese a que en 2011, el Ayuntamiento decidió destinarlo a un museo de arquitectura y diseño contemporáneo, el convento sigue en ruinas. “Esto es fruto de la errática política cultural del PP”, afirma la concejala de IU Teresa Morillas. También está en mal estado el Cementerio Inglés de la capital, el primero protestante abierto en España en el siglo XIX y en el que descansan los restos del poeta Jorge Guillén o el hispanista Gerald Brenan.
Córdoba tiene dos ejemplos de edificios declarados BIC cuyas condiciones rozan la ruina. Junto a la plaza Regina, en pleno barrio de la Axarquía, se levanta el antiguo convento Regina Coeli, fundado en 1499 y actualmente desacralizado. Su planta domina todo el lugar, el templo, con una gran nave principal, tiene un claustro interior en muy malas condiciones.
El inmueble lleva décadas incorporado al parque de edificios municipales y no se han acometido en él reformas que lo recuperen. Tampoco se ha logrado vender porque el coste de inversión necesario para rehabilitarlo es muy elevado. El antiguo convento de Santa Clara ha corrido la misma suerte que el de Regina Coeli.
Se trata de un edificio del siglo XIII para cuya rehabilitación se firmó un convenio con Caja Madrid, por el cual la entidad financiera se comprometía a invertir tres millones de euros para repararlo a cambio de que el Ayuntamiento aportase una cantidad similar. La operación no llegó a buen fin y el inmueble sigue a la espera de una reforma integral. Su fachada, muy castigada por la falta de cuidados, ha sufrido varios desprendimientos a causa de las lluvias, que obligaron al corte parcial de la calle.
En Granada uno de los casos más llamativos es el de la muralla zirí, su entorno y la puerta Monaita, del siglo XI, en el barrio histórico del Albaicín.
La muralla quedó al descubierto tras el derribo de varios inmuebles, pero el proyecto para su recuperación no se ha ejecutado pese a ser una de las edificaciones más antiguas de la capital y un lugar clave para entender las líneas defensivas de la antigua alcazaba Qadima.
Al estado de abandono, hay que sumar que la puerta Monaita es ahora frecuentada por grupos de jóvenes que se cuelan por las tardes, fundamentalmente de los fines de semana, por uno de los huecos de los muros colindantes y beben reunidos ahí, en pleno BIC.
En Huelva, donde los BIC han corrido mejor suerte, la Junta está poniendo remedio al deterioro que sufre la muralla del municipio de Niebla. La muralla medieval, uno de los principales monumentos de la localidad, cuenta con un plan director para su conservación.
Actualmente, la Consejería de Cultura espera la aprobación de un proyecto acogido a fondos europeos de cooperación transfronteriza entre España y Portugal para actuar en la zona de la barbacana exterior. La idea es que se redacte el proyecto y que en 2014 comiencen las obras. El PP ya advirtió del riesgo de desprendimiento que padecía este símbolo histórico de la provincia e instó a Junta, Diputación y Ayuntamiento de Niebla a invertir en su conservación para evitar el avance del deterioro.
TEXTO Pedro Espinosa / Margot Molina Cádiz / Sevilla para El País, 19 ABR 2013
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