LA ZONA PÚBLICA : Una palabra China

La noche del lunes 9 de septiembre de 2013 en China, la Corte Suprema Popular y la Procuraduría Suprema Popular llenaron Internet de noticias sobre una nueva regulación: todo aquel que publique un comentario de microblog que contenga “calumnias” y se haga viral puede recibir una pena de tres años en prisión. La amenaza de prisión es la última medida de una campaña que algunos ya comparan con la Revolución Cultural.


La corte y la oficina del procurador en China están controladas por el Partido Comunista Chino, por lo que es casi seguro que el Partido aprobó la regulación, la cual fue descrita como una “interpretación judicial”.

La misma afirma que los autores de comentarios “difamadores” que sean leídos más de 5.000 veces o compartidos más de 500 veces pueden recibir un castigo.

Cuanto peor la difamación, peor el castigo, advirtieron las autoridades. Y dejaron claro que ellos son quienes definirán si se trató de una calumnia. En los casos más serios, los culpables serán sentenciados a prisión.

Esta regulación es el ataque más reciente y frontal de la campaña “golpe duro” que aplicó el Partido contra las opiniones online durante los últimos meses.

“El Departamento de Propaganda siempre controló la opinión pública. Ahora, con la popularidad de los microblogs, se les salió de control. Quieren recuperar su poder”, opinó en una entrevista telefónica Zan Aizong, escritor independiente, bloguero y usuario de microblog en China.



Los microblogs, llamados Weibo en chino, aparecieron en 2009. El más popular es Sina Weibo, armado de manera similar a Twitter, el cual está bloqueado en China. La plataforma permite a los usuarios publicar mensajes de 140 caracteres o menos, que pueden ser leídos y compartidos por millones de personas en cuestión de minutos, convirtiéndolos en una herramienta poderosa para los intelectuales y activistas.

Un fenómeno que ejemplifica claramente la capacidad de Weibo para influenciar a la opinión pública es la aparición de las llamadas “Gran V”, cuentas administradas por personas que han sido verificadas por Sina. Generalmente tienen millones o decenas de millones de seguidores, y los mensajes que publican pueden difundirse rápidamente por toda Internet.

“La influencia de Weibo es muy grande, más grande que la de las autoridades de propaganda”, dijo Zan Aizong. “Para cerrarlos, apuntan sus espadas a las Gran V”.

Charles Xue, en uniforme de prisión azul y amarillo, 'confesando' que estuvo con prostitutas, en la CCTV. Muchos comentaristas opinan que la humillación tuvo la intención de amenazar a otros usuarios de microblog. (Captura de pantalla/La Gran Época)

El objetivo de más alto perfil hasta el momento ha sido Charles Xue, de 60 años, un millonario capitalista nacionalizado estadounidense que vive en Beijing. Su cuenta de Weibo suele contener opiniones pro-constitucionalistas y, a veces, críticas al régimen chino.

En un episodio de autocrítica pública que hace recordar a la Revolución Cultural, Xue fue llevado a China Central Televisión, la transmisora estatal, donde lo hicieron “confesar” que frecuentó prostitutas y organizó “fiestas sexuales”. Vestido con un uniforme de prisión amarillo y azul, dijo, “Cuando trabajaba en el extranjero me topé con prostitución en países como Tailandia y Holanda”. Sus ojos miraban hacia su izquierda, como si estuvieran leyendo la confesión. “Se obsesionó con el repugnante hábito de visitar prostitutas”, explicó el presentador de las noticias.

En la Internet china, muchos comentaristas consideraron que este ejercicio de humillación fue un tiro de advertencia para los otros Gran V, al tiempo que el régimen establece la ley sobre el discurso permitido en Internet. El Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista, publicó un titular que decía, “La etiqueta ‘Gran V’ no te protegerá de la ley”.

Muchos consideran que el Partido fue el primero en desobedecer la ley al humillar públicamente a Charles Xue. Wang Ganlin, jefe de la unidad de informes detallados en Yangcheng Evening News de Guangzhou, señaló que un mes antes, cinco jueces de Shanghai habían sido descubiertos visitando prostitutas. El Partido censuró la noticia y castigó a los funcionarios en secreto. Ningún juez tuvo que confesar en televisión. “Yo pienso que lo que le hicieron a Charles Xue fue una venganza”, afirmó Wang en una entrevista telefónica.



La humillación pública de intelectuales y las amenazas de cárcel contra usuarios comunes de Internet son dos de las recientes medidas del Partido en su campaña. El objetivo es acabar con las voces que piden un cambio político entre una población cada vez más informada y descontenta.

“Mi sensación es que la forma en que están reprimiendo los rumores online es un movimiento político, un poco como la Revolución Cultural”, opinó Wang Ganlin.

La represión va acompañada de otros discursos de fuerte carga ideológica por parte de los nuevos líderes del Partido Comunista Chino.


Xi Jinping

En una conferencia del Partido realizada a fines de agosto de 2013, Xi Jinping, jefe del Partido, dijo que “El trabajo ideológico y de propaganda deben estar en el centro”, y deben ser uno de los “deberes básicos” de los miembros del Partido. Según dijo, el trabajo ideológico y de propaganda es para “consolidar la destacada posición del marxismo en la esfera ideológica” y “unir al Partido y al pueblo en la lucha”. Y agregó que los miembros del Partido deben creer firmemente en el marxismo y el comunismo.



De manera similar, el Beijing Daily, periódico estatal, publicó una editorial titulada “No den lugar a los valores universales”. Ésta decía, “Internet se ha convertido en el principal campo de batalla en la lucha ideológica. Las fuerzas occidentales anti-China buscan fomentar esta ‘variable mayor’ para ‘derribar a China’”, de acuerdo a la traducción de Chinascope, que se especializa en analizar a la prensa china.

“Que podamos sostener y ganar en el campo de batalla se relaciona directamente con la seguridad de nuestra ideología y con el poder del Partido gobernante. Es un asunto de vida o muerte. Atrévanse a luchar y atrévanse a mostrar su espada. ¡Esa es la decisión que debemos tomar ahora!”


Anteriormente, este líder del Partido mantuvo reuniones con los grupos de cuadros para advertirles sobre los “Siete no hables”, según relataron varios testigos. Los siete puntos prohibidos incluyen hablar de derechos civiles, libertad de expresión, sociedad civil y valores universales –el mismo menú ideológico al que apunta la represión en Internet.

No está claro si esta campaña tendrá el efecto deseado. Xu Xiang, escritor y miembro del Centro PEN Chino Independiente, dijo que Internet ha sido un canal para el descontento social. Muchas personas en China están cada vez más frustradas por la corrupción, los privilegios que gozan los funcionarios del Partido, los abusos de poder y la injusticia social. Cerrar ese canal no ayudará, afirmó. “La televisión está controlada. Los periódicos están controlados. Ahora el único canal, Weibo, está siendo cerrado. Eso convertirá a toda la sociedad en un barril de pólvora”.


Orden de arriba: Esta noche, todos los medios informativos que se hayan rehusado a publicar el editorial de Global Times deben corregir e imprimir el artículo, de lo contrario, el periódico y el sitio web serán bloqueados. Todos los empleados de Beijing News volvieron a la sede central para manifestar su postura en contra de la republicación del editorial. Pero los amenazaron con disolver el periódico si insistían. Finalmente, el artículo se puso en papel. El editor Dai Zigeng dijo fríamente al jefe adjunto del Departamento de Propaganda de Beijing: ¡ya presento verbalmente mi renuncia! Ahora, las cuentas de Sina Weibo de la mayoría de los empleados de Beijing News han sido suspendidas y no se puede encontrar información alguna sobre la noticia.

TEXTO Matthew Robertson - La Gran Época


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