El efecto que las Drogas provocan en las personas que las consuman, no depende de ningún factor externo, en cierta medida. Las Drogas ponen en funcionamiento Neurotransmisores como la Dopamina que YA están en nuestro Cerebro. Por lo tanto, las Drogas lo único que hacen es violentar por decirlo de alguna manera, algo que ya poseemos.
La “Droga de la Realidad”, nos ofrece la posibilidad de prescindir de cualquier tipo de Droga, entiéndase sustancia, que pueda ser incorporada a nuestro Organismo. Podríamos decir, por ejemplo, que se trataría de una Droga Ecológica, en el sentido de que nuestro Organismo permanecería intacto al no ser afectado por ningún contaminante.
Este tipo de Droga puede ser adquirido quizás, tras una cierta experiencia con las Drogas sin haber llegado a la Toxicomanía. Probablemente, los individuos que hayan alcanzado este “Nivel” de conciencia, sean individuos bastante mentalizados y conocedores del mundo de la Drogadicción, aunque no necesariamente. Lo cierto es que también es una actitud ante este mundo y ante la vida, lo que hace que la Droga de la Realidad, sea una opción para ciertos individuos con cierto matiz filosófico.
Efectivamente, el mismo nombre lo dice: realidad. La realidad nos transporta, nos evade, nos confunde. Puede producir en nosotros efectos tan devastadores, placenteros y destructores que resultarían superiores a los provocados por cualquier tipo de Droga.
Dejando claro que es la única Droga Natural conocida, pero a la vez desconocida, sería necesario darla a conocer con más asiduidad. Nuestro cerebro responde a nuestros estímulos tanto internos como externos dependiendo del grado de intensidad con que vivamos esa experiencia. Por lo que ante un acontecimiento vivido, este puede permanecer impasible o reaccionar de alguna manera más o menos acorde con las circunstancias.
De nosotros depende el encauzar ese estímulo y sacarle provecho. Podemos ser testigos de un crimen y disfrutar como un energúmeno si lo que tenemos es una personalidad psicópata, por ejemplo. También hay una frase que identificaría muchos comportamientos humanos en ciertas circunstancias, como por ejemplo, esa tan conocida de: “lo que a uno le engorda, a otro lo mata”. Podría ser un ejemplo de cómo el comportamiento humano en ciertas circunstancias actúa ante situaciones de placer.
Lo que deja entrever con respecto a nuestro comportamiento, que nuestras vivencias provocan en nuestro cerebro situaciones que sin la ayuda de ningún tipo de droga, serían igual de semejantes. Está claro, que las Drogas alteran el comportamiento de quien las consume, igual que está claro que igualmente, aceleran incluso la aparición de ciertas enfermedades mentales.
Pero no debemos dejar pasar por alto que nuestro cerebro no necesita de ese tipo de sustancias. Porque nuestro mundo exterior, el que nos rodea y el que no conocemos también, nos proporcionan vivencias y experiencias capaces de desencadenar las mismas reacciones y provocar los mismos efectos con la diferencia de que si somos conscientes, porque estamos limpios de cualquier sustancia, y podemos rectificar en cierta medida. También hay que tener en cuenta, sin embargo, que ciertos tipos de caracteres y de personalidades pueden llevar a ciertos individuos a reacciones en las que este se halle tan enajenado por crisis de cólera, por ejemplo, tan fuertes que ni este individuo sea capaz de controlarse a sí mismo.
En situaciones de peligro, se ha dado incluso el caso de una madre que tras sufrir un accidente de tráfico, en el que estaba implicado su bebé, esta consiguió levantar el vehículo sin la ayuda de nadie para que su hijo no muriese aplastado. Este tipo de opción aquí presentado y al que estamos denominando “Droga de la Realidad”, se podría ilustrar con miles de ejemplos que el mundo de la Psicología conoce más en profundidad.
En este caso, nos vamos a limitar a describirlo a modo de usuario, porque lo que se pretende más que nada, es aportar una cierta información desinteresada y desenfadada sobre lo que ocurre sin Drogas u ocurriría si no consumiésemos Sustancias derivadas de las mismas, entre las que no podemos obviar los Medicamentos, algo que no se debe pasar por alto, pues muchos de ellos, por no decir la mayoría, provienen no solo de hierbas, sino de Opiáceos como la Morfina.
En definitiva, la frase que falta en este comentario, y que aún no ha sido dicha, sería la de “diviértete, pero sin Drogas”, pero podríamos sustituirla por cualquier otra que se pueda deducir de resumir lo dicho hasta ahora.
De lo que se trata es de buscar esa parte de nuestro cerebro en la que se fabrican esas emociones que nos hacen sentirnos como realmente queremos, disfrutando de sus efectos, porque el mundo que nos rodea nos ofrece minuto a minuto la posibilidad de disfrutar, sufrir, sentir con todo eso que a nosotros nos puede reconfortar o incluso destruir…
Dependiendo del ámbito y ambiente en el que nos movamos, nos hallaremos ante reacciones tan absurdas que en pocos segundos podemos convertir en divertidas o destructivas. Nuestro carácter y nuestra personalidad, junto con nuestro nivel cultural y educativo, hacen el resto. Solo es cuestión de ser conscientes de que tenemos la llave que activa la chispa en nuestro Cerebro para acelerar o disminuir la intensidad del resultado.
Digamos que desde que nos levantamos cada mañana, disponemos de una cámara instalada en nuestro Cerebro dispuesta a realizar el mejor programa de Televisión de la faceta que creamos más conveniente. El resultado puede ser un gran Show de humor o un Reality sangriento. Las dos opciones proporcionan audiencia, todo depende del público y sus gustos.
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