Las obras en el solar que ocupaba la antigua sede de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz han destapado, entre otros hallazgos arqueológicos, doce tumbas Púnicas de los siglos V y IV antes de Cristo y que tenían en su interior, además de huesos, más de 300 joyas y amuletos egipcios.
Junto a estas tumbas, en el solar fueron halladas otras dos inhumaciones fenicias del siglo VI antes de Cristo, sin ajuares asociados, y otras veintiocho de época romana, datadas entre el siglo I antes de Cristo y el II después de Cristo.

Además en el mismo lugar fue descubierta la traza de los muros defensivos de la ciudad del siglo XVII (con muros, glacis y galerías de minas) y la puerta de entrada original a la ciudad de las murallas del siglo XVII, junto a dos troneras.
“Ha sido increíble”, decía María Eugenia García, una de las arqueólogas que trabajaba en las prospecciones que se hacían desde septiembre del 2012 en este solar para la construcción de la nueva sede de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, en la Avenida de Andalucía, muy cerca de la muralla de Puerta de Tierra, no dañara algún posible resto milenario, algo que en Cádiz, una ciudad trimilenaria, puede pasar en cualquier momento.

De entre todos los hallazgos, el más relevante, el de las doce tumbas púnicas, se produjo el 19 de diciembre de 2012, cuando los arqueólogos estaban a punto de concluir sus sondeos y realizaban unas catas en las zonas donde irán los pilotes del nuevo edificio.
Así descubrieron dos grandes conjuntos funerarios púnicos, datados entre los siglos V y IV antes de Cristo y compuestos cada uno de ellos por seis tumbas realizadas en cajas de sillares de roca ostionera de gran tamaño y con un excelente estado de conservación porque no han sido objeto de expolios.
Todas ellas tenían en su interior restos humanos en muy mal estado de conservación debido, entre otras cosas, a las filtraciones de humedad, así como importantes ajuares.
En total fueron halladas más de trescientas piezas de oro, cornalina, plata o ámbar, entre anillos, pendientes, collares, y otras piezas, entre ellas decenas de amuletos de origen egipcio, realizados en material cerámico de acabado exterior vítreo, conocido como fayenza, y que representan dioses como Seth, Horus, Ajet (Ojo de Ra), elementos de la mitología egipcia o zoomorfos como palomas.
El arqueólogo Ricardo Belizón, que también ha trabajado en estas prospecciones, aseguró que desde principios de los años 20, cuando se descubrió un conjunto similar sin expoliar en Cádiz, no se producía un hallazgo arqueológico de esta envergadura en la ciudad.
El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, y la delegada provincial de la Consejería de Cultura, Cristina Saucedo, visitaron los hallazgos, mantenidos en secreto desde que se produjeran en diciembre, y se agradecieron mutuamente la colaboración institucional que rodeó el trabajo arqueológico.
Javier de Torre auguró que las investigaciones que se abrían erán “muy importantes” y destacó que los ajuares serían trasladados al Museo Provincial de Cádiz, mientras se estudiaba que sería de los enterramientos hallados y del futuro de las obras del edificio de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz proyectado para este espacio, ubicado frente a la actual sede.

Tras apuntar que nadie se podía imaginar que “esto estuviera aquí”, la delegada de Cultura señaló que “todavía hay muchas incógnitas e hipótesis encima de la mesa”, como para aventurar que será de este conjunto funerario y de las obras que se proyectaban construir sobre el lugar en el que han permanecido en secreto tantos siglos.
“Estamos barajando distintas posibilidades”, añadió tras señalar que la Junta tenía la intención de “poner en valor la historia” que desvelan estos hallazgos y de ponerla a disposición de los ciudadanos.
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