La Fundación Ideas del PSOE pagó 50.000 euros por diversos artículos a una presunta escritora llamada Amy Martin cuya marca comercial y logotipo estaban registrados por el propio director de la institución y esposo, Carlos Mulas.
Ex empleados de la fundación, que preside Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguraron que Amy Martin no existe y que en realidad es un sobresueldo de Mulas, que "montó" una ficción.
La autora fantasma llegó a cobrar 3.000 euros por artículos en los que se presentaba como experta en los asuntos más variopintos y que sólo se publicaban en la web de Ideas.
El director de la Fundación negó haber cometido irregularidades a un Diario español, pero no facilitó datos que identificaran a Amy Martin, sólo un correo personal y un móvil estadounidense.
La entidad que pasó facturas a Fundación Ideas en nombre de Amy Martin era la agencia literaria Casanovas & Lynch, que representaba a la esposa de Mulas, Irene Zoe Alameda, precisamente quien registró su marca comercial y diseñó su logotipo.
Esta agencia no facilitó, pese a la insistencia del Diario, un mínimo currículo y obras completas de Amy Martin, como hace con todos los demás autores a los que representa. Sin embargo, el caché de Martin era elevado en la Fundación Ideas, que le llegó a pagar hasta 3.000 euros por artículo.
Ex empleados de la Fundación Ideas insistieron en que "Amy Martin no existía" y que era un montaje del director para aplicarse un sobresueldo de, en este caso, 50.000 euros en los años 2010 y 2011 para completar sus honorarios mensuales, que ascendían a 5.625 euros al mes.
Mulas, en conversación con dicho Diario, ofreció una vaga explicación. "Creo que Amy Martin es una analista política, yo sólo la he visto una vez". Preguntado por tan altos emolumentos, Mulas respondió:
"Yo no me ocupo de eso en la Fundación, desconozco qué tarifas se le aplicaban". Precisamente, algunos de los trabajos de Amy Martin coinciden con otros publicados por el propio Mulas.
Carlos Mulas
El gobierno del PSOE subvencionó a Amy Martin con 122.000 euros para cortos. La fundación ideas también pagó gastos en Nueva York del grupo de música de Irene Zoe alameda, su nombre real.
Es llamativa la versatilidad de Amy Martin. Entre sus entregas se incluye un artículo sobre la industria del cine en Nigeria, otro sobre la central nuclear de Fukushima, la Crisis de la Eurozona o la medición de la felicidad. Cualquier asunto era accesible para Amy Martin.
En el desglose de las facturas, además, se apreciaba que la autora fantasma cobraba por caracteres: cada pulsación eran 16 céntimos.
Y que lo hacía también por una copia del mismo artículo en inglés: 10 céntimos. En ocasiones, se daba la sensacional casualidad de que el texto tenía los mismos caracteres en castellano que en inglés: 'El cine como síntoma de desarrollo. La industria cinematográfica de Nigeria' tiene 6.876 en español (1.100,16 euros) y otros tantos en inglés (687,60). Más el 18% de IVA.
La farsa de «Amy Martin» llega a su finY que lo hacía también por una copia del mismo artículo en inglés: 10 céntimos. En ocasiones, se daba la sensacional casualidad de que el texto tenía los mismos caracteres en castellano que en inglés: 'El cine como síntoma de desarrollo. La industria cinematográfica de Nigeria' tiene 6.876 en español (1.100,16 euros) y otros tantos en inglés (687,60). Más el 18% de IVA.
“Yo soy Amy Martin”
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