Escribir sobre la ciudad protohistórica de Tejada la Vieja, es hacerlo sobre uno de los más importantes yacimientos arqueológicos de esa época.
La importancia de esta zona ha sido evidenciada desde antiguo y, ya en 1783, D. Antonio Delgado se preocupaba del área al estudiar la numismática española y recoger en su tratado las monedas pertenecientes a Ituci, aunque estas monedas corresponden al asentamiento conocido como Tejada la Nueva, emplazamiento cercano y relacionado con Tejada la Vieja, pero de cronología más moderna y, posiblemente, el poblado directo sucesor cuando se abandona ésta.
Los estudios de historiadores sobre esta zona son sumamente numerosos y sería prolijo citarlos aquí.
Pero, no quiero pasar por alto la referencia sobre un libro, de principios de este siglo y escrito por D. Silverio Escobar, erudito del lugar que, entre otras muchas historias, recoge la leyenda que establece a Tejada la Nueva como el lugar de nacimiento de Plotina, la esposa del emperador romano Trajano.
Es evidente que este dato responde más a la fantasía del autor que a la realidad, pero no deja de ser significativo el hecho de que se presuponga esta posibilidad, aunque sea simplemente por dar mayor rango al lugar del autor.
Por último, y antes de que el Servicio de Arqueología se hiciera cargo del yacimiento, éste fue excavado en 1973/74 por el Dr. Blanco Freijeiro, que en aquél momento era catedrático de la Universidad de Sevilla, no continuando posteriormente los trabajos.
UBICACIÓN Y CONTEXTO
El yacimiento se encuentra en el término municipal de Escacena del Campo (Huelva) y se ubica sobre una pequeña elevación ( 196 m sobre el nivel del mar ), formada por materiales sedimentarios que constituyen un banco rodeado por pizarras y limolistas paleozóicas.
Su posición, en el límite entre la Sierra Norte y la Campiña del Sur, es de gran valor geoestratégico pues "controla" el paso de La Garganta, camino natural que conduce a las áreas mineras. No obstante, en sus cercanías también se encuentran pequeños filones que fueron explotados hasta época moderna.
Pero esta importancia de la localización, no lo ha sido sólo por cuestiones mineras, sino también por la riqueza agrícola y ganadera de la zona, siendo frecuentes las referencias a litigios de límites y propiedad en diferentes épocas, tal como lo demuestra la abundante documentación consultada en diversos archivos.
En un intento de reconstrucción paleoambiental, puede afirmar que en la época que se habitó el poblado, el clima era cálido en la zona y fueron abundantes las encinas, acebuches y alcornoques.
Sin embargo, y a través de las excavaciones, puede llegarse a esta conclusión: la intensa actividad metalúrgica que desarrollaron las gentes de Tejada la Vieja, debió dar lugar a una amplia deforestación de la zona.
El yacimiento cubre una superficie cercana a las 12 Has., lo que es una extensión bastante considerable para una ciudad protohistórica. Esto evidencia aún más su importancia.
Y, además, está rodeada por una muralla con bastiones.
LA MURALLA
Ahora bien; es curioso observar que los habitantes de Tejada la Vieja sólo se preocuparon de reforzar aquellas zonas de la meseta que no presentaban defensa natural, ya que no modificaron en absoluto la topografía del terreno y aprovecharon inclusive las distintas terrazas que el pequeño cerro les ofrecía. Sin embargo, allí donde fue necesario defender la ciudad, se construyó una muralla de considerables dimensiones.
La técnica constructiva empleada es de clara factura oriental, con base amplia y paredes en talud de una altura que se aproxima a los 3 m., dando lugar a una forma trapezoidal.
La forma de construirlo consistió en levantar dos paredes de mampuestos y rellenar el espacio entre ellas con piedras y tierras.
En opinión del Prof. Blanco, esta muralla se construyó en cuatro fases sucesivas.
Sin embargo y tras las excavaciones que hemos realizado en 1983, creo que la muralla se edificó de una sola vez y que las fases a las que se refiere el Prof. Blanco, corresponden a distintas etapas constructivas, en función de la propia dinámica de la obra que se realizó, pero sin que dichas etapas puedan interpretarse como fases que se van sucediendo unas a otras y a las que, en consecuencia, habría que identificar con momentos cronológicos precisos y concretos.
Esta muralla, que es posible tuviese una superestructura de tapial, encierra un poblado en el que, según nuestras excavaciones, es posible establecer, -en este caso sí-, tres fases de habitación, aunque por el momento es difícil precisar los límites cronológicos entre cada una de ellas, si bien es posible detectarlas no sólo por los materiales arqueológicos, sino también por las distintas técnicas constructivas que se observan en las viviendas.
No obstante, sí es posible establecer por el momento, un marco cronológico, que abarca desde el siglo VII al IV a. C.
RESULTADOS DE LAS EXCAVACIONES
La excavación se realizó sobre un cuadro de 10 x 15 m., con orientación N-S y montando este extremo meridional sobre el lugar donde se presumía debía encontrarse la muralla, lo que se comprobó durante el transcurso de la excavación.
La excavación se inició dividiendo el cuadro en cuatro sectores, que se numeraron comenzando por el ángulo N-E y correlativamente, según el sentido de las agujas del reloj.
El objetivo que se perseguía al trabajar sobre tan único cuadro, obedecía a la más que evidente realidad de la presencia de estructuras de habitación, por lo que era preferible individualizar sectores en función de las estructuras que apareciesen, evitando así, que una misma habitación se excavara en más de un cuadro.
Conforme los trabajos fueron avanzando, se individualizaron las habitaciones que iban apareciendo y a las que se denominaban con la letra H, seguida del número de orden en el que iban apareciendo, al tiempo que se dejaban sin efecto los sectores establecidos anteriormente.
Con el desarrollo de la excavación, pudo comprobarse que efectivamente, la muralla discurre en dirección E-W, por la zona sur del cuadro que se excava.
Ante esta circunstancia, procedimos a cortar el perfil meridional del cuadro (A) y establecimos una trinchera o segundo cuadro (B) tal y como parecen indicarlo algunos hallazgos de superficie, con la presencia de cerámicas bruñidas y a mano más antiguas del siglo VII a. C.
Estas circunstancias inducen a creer en la posibilidad de la existencia de un poblamiento anterior al estudiado hasta ahora, pero que al configurarse, casi con toda posibilidad, como un hábitat de fondos de cabañas, hace más difícil su conocimiento por lo excavado hasta el momento.
Esperamos comprobar esta hipótesis en futuras campañas de excavaciones.
RIOTINTO NO PROPORCIONÓ LOS MINERALES A TEJADA
Hasta aquí el desarrollo somero de los trabajos realizados.
Pero, aún a pesar de la escasa superficie excavada, comparándola con el total del yacimiento, así como por lo poco exhaustivo del estudio, hasta el momento, se puede plantear una serie de cuestiones y de hipótesis de trabajo de sumo interés e importancia, ya que si un yacimiento arqueológico no lo ponemos en relación con los que se encuentran en sus cercanías o con aquellos puedan tener algún tipo de conexión con él, no podremos llegar a entender su proceso histórico.
Y en este sentido, hemos de volver a las cuestiones de índole minero-metalúrgicas, para una mejor comprensión de los problemas que plantea Tejada.
Tradicionalmente, se ha establecido que fueron las minas de Riotinto las que en la antigüedad proporcionaron los metales preciosos necesarios, fundamentalmente la plata.
Sin embargo, y aunque siempre se había puesto Tejada la Vieja en conexión con Riotinto, hoy podemos discrepar de esa idea y por varias razones.
La vinculación de Tejada y Riotinto, dentro de una ruta comercial, obligaría a un aumento de las distancias en el transporte de minerales, tanto si habían de ser embarcados en algún punto del Guadalquivir, como si lo habían de ser por el puerto de Huelva.
Si esta ruta fuese cierta, es evidente que su rentabilidad económica dejaría mucho que desear.
Por otra parte, y gracias a las excavaciones que hemos realizado en el poblado metalúrgico de San Bartolomé de Almonte ( Huelva ), podemos hoy proponer una vía distinta.
Los análisis de las escorias y minerales hallados en Almonte, indican la posibilidad de que puedan provenir de Aznalcóllar y no de Riotinto, dada la composición que presentan.
En este caso, es lógico proponer esa nueva ruta comercial que, partiendo de Aznalcóllar, pasará por Tejada y finalizará en el área almonteña, dado que San Bartolomé no es el único yacimiento de características que se encuentra en la zona.
Evidentemente, esta hipótesis sólo podremos confirmarla en el momento que conozcamos los resultados de análisis metalúrgicos de Tejada la Vieja.
Pero a las hipótesis planteadas, hemos de añadir una nueva, basada en la inexistencia de cerámicas arcaicas griegas en Tejada la Vieja, así como tampoco aparecen en San Bartolomé de Almonte.
En principio, puede parecer un tanto extraño plantear una ruta comercial en función de la no presencia de cerámicas griegas, pero si tenemos en cuenta que en Huelva son abundantes, sí podemos empezar a encontrar una explicación.
Si Riotinto hubiese sido el único centro productor, y teniendo en cuenta que la salida natural de sus productos es a través del puerto de Huelva, -caso de que se hubiese trazado la ruta a través de Tejada-, en este yacimiento también sería lógico encontrar las cerámicas griegas y esta circunstancia no ocurre, como tampoco sucede en San Bartolomé de Almonte.
En consecuencia, y en base a la no existencia de cerámicas griegas del siglo VI a. C., es lógico pensar que Tejada y Almonte responden a rutas comerciales distintas a las que pudieran partir desde Riotinto, siendo posible pensar en el núcleo minero de Aznalcóllar como punto de partida.
EL DECLIVE DE LA ZONA Y EL HECHO ECONÓMICO
Ahora bien, lo que sí es común a los tres yacimientos es que todos ellos sufren un profundo deterioro económico a partir de los últimos años del siglo VI a. C.
San Bartolomé de Almonte es abandonado por sus pobladores. Huelva ve bastante mermada su capacidad comercial y, a través de las excavaciones, se observa una amplia regresión de la ciudad en todos los aspectos.
Tejada es paralelizable, en este sentido, a Huelva.
Las causas de este empobrecimiento, que no es exclusivo de estos yacimientos, sino que es algo generalizado en toda Andalucía Occidental, son complejas.
Pero sabido es que todo acontecimiento histórico tiene un transfondo económico que es, en definitiva, el elemento que condiciona la actividad humana. No obstante y en el caso que nos ocupa, la complejidad aludida puede resumirse en un elemento esencial para estos yacimientos: la plata.
Desde los últimos años del siglo VI a. C., se estaba produciendo una serie de circunstancias de índole político-bélicas en el Mediterráneo, a las que la Península Ibérica no podía ser ajena.
Sin duda, esta situación originaría una mayor demanda de plata y, al mismo tiempo, provocaría situaciones de exclusividad comercial que con anterioridad no se había dado.
Y por último, en mi opinión, es fácil pensar en un posible agotamiento de las monteras oxidadas de las áreas mineras, donde la obtención de plata con ley alta era mucho más fácil y económica.
Es evidente que las circunstancias descritas debieron producirse, ya que es sintomático el hecho de que a partir de la fecha que consideramos, se produce el enriquecimiento y el auge, en todos los aspectos, de las zonas mineras de Andalucía Occidental.
En consecuencia, es lógico pensar que la producción metalúrgica se trasladó allí donde en aquél momento era más fácil la explotación de plata y al mismo tiempo, era más difícil controlar las rutas comerciales, ya que las vías que se dirigieran hacia el sudoeste atlántico serían fácilmente controlables a través del estrecho de Gibraltar.
¿POR QUÉ QUEDÓ ABANDONADA TEJADA?
Tejada, como ya quedó apuntado, no fue ajena a ninguna de estas circunstancias y en consecuencia sufrió los mismos avatares que el resto de los yacimientos. No desapareció inmediatamente como San Bartolomé de Almonte, que lo hizo de modo rápido, dada su condición de poblado estacional, sino que siguió subsistiendo hasta los primeros años del siglo IV a. C., en que se abandonó definitivamente el lugar.
El paso del tiempo y las inclemencias a cielo abierto, han hecho que este paraje sea todo un testimonio de desámparo y abandono.
A pesar de su indiscutible abandono, en la Web de la Diputación de Huelva en el area de Arqueología, figura un apartado en el que se describen los requisitos para obtener una cita concertada, que curiosamente se debe hacer con un mes de antelación. El acceso se hace a través de una puerta principal sellada a cal y canto, dificil de ver abierta. Aún así, se sigue accediendo al recinto, que presenta este aspecto cualquier día de la semana.
Más:
Arqueología de Huelva (PDF)
Notas sobre el lugar de Tejada y su despoblamiento (PDF)
La Huelva llana Romana
LA CONFORMACIÓN DEL SITIO ARQUEOLÓGICO DE HUELVA.
Recreación de parte de la muralla de Tejada la Vieja
Tartessos Comunidad Facebook
I JORNADAS DE TARTESSOS
IU reclama apoyo para poner en valor el yacimiento tartésico de Tejada la Vieja
El PP denuncia el “abandono absoluto” del complejo arqueológico de Tejada la Vieja
El Museo incorpora a sus fondos un betilo hallado en el yacimiento de Tejada la Vieja
Los estudios de historiadores sobre esta zona son sumamente numerosos y sería prolijo citarlos aquí.
Pero, no quiero pasar por alto la referencia sobre un libro, de principios de este siglo y escrito por D. Silverio Escobar, erudito del lugar que, entre otras muchas historias, recoge la leyenda que establece a Tejada la Nueva como el lugar de nacimiento de Plotina, la esposa del emperador romano Trajano.
El nacimiento de Pompeia Plotina, se perfila como un misterio. Probablemente, D. Silverio Escobar tuviera razón en cuanto al lugar de su nacimiento, ya que, algunos autores lo sitúan en Itálica.
Placa conmemorativa informativa colocada junto a la Muralla restaurada de Tejada la Nueva, en la que se hace mención del nacimiento de la esposa de Trajano en el lugar.
Es evidente que este dato responde más a la fantasía del autor que a la realidad, pero no deja de ser significativo el hecho de que se presuponga esta posibilidad, aunque sea simplemente por dar mayor rango al lugar del autor.
Por último, y antes de que el Servicio de Arqueología se hiciera cargo del yacimiento, éste fue excavado en 1973/74 por el Dr. Blanco Freijeiro, que en aquél momento era catedrático de la Universidad de Sevilla, no continuando posteriormente los trabajos.
El yacimiento se encuentra en el término municipal de Escacena del Campo (Huelva) y se ubica sobre una pequeña elevación ( 196 m sobre el nivel del mar ), formada por materiales sedimentarios que constituyen un banco rodeado por pizarras y limolistas paleozóicas.
Su posición, en el límite entre la Sierra Norte y la Campiña del Sur, es de gran valor geoestratégico pues "controla" el paso de La Garganta, camino natural que conduce a las áreas mineras. No obstante, en sus cercanías también se encuentran pequeños filones que fueron explotados hasta época moderna.
Pero esta importancia de la localización, no lo ha sido sólo por cuestiones mineras, sino también por la riqueza agrícola y ganadera de la zona, siendo frecuentes las referencias a litigios de límites y propiedad en diferentes épocas, tal como lo demuestra la abundante documentación consultada en diversos archivos.
En un intento de reconstrucción paleoambiental, puede afirmar que en la época que se habitó el poblado, el clima era cálido en la zona y fueron abundantes las encinas, acebuches y alcornoques.
Sin embargo, y a través de las excavaciones, puede llegarse a esta conclusión: la intensa actividad metalúrgica que desarrollaron las gentes de Tejada la Vieja, debió dar lugar a una amplia deforestación de la zona.
El yacimiento cubre una superficie cercana a las 12 Has., lo que es una extensión bastante considerable para una ciudad protohistórica. Esto evidencia aún más su importancia.
Y, además, está rodeada por una muralla con bastiones.
LA MURALLA
Ahora bien; es curioso observar que los habitantes de Tejada la Vieja sólo se preocuparon de reforzar aquellas zonas de la meseta que no presentaban defensa natural, ya que no modificaron en absoluto la topografía del terreno y aprovecharon inclusive las distintas terrazas que el pequeño cerro les ofrecía. Sin embargo, allí donde fue necesario defender la ciudad, se construyó una muralla de considerables dimensiones.
La técnica constructiva empleada es de clara factura oriental, con base amplia y paredes en talud de una altura que se aproxima a los 3 m., dando lugar a una forma trapezoidal.
La forma de construirlo consistió en levantar dos paredes de mampuestos y rellenar el espacio entre ellas con piedras y tierras.
En opinión del Prof. Blanco, esta muralla se construyó en cuatro fases sucesivas.
Sin embargo y tras las excavaciones que hemos realizado en 1983, creo que la muralla se edificó de una sola vez y que las fases a las que se refiere el Prof. Blanco, corresponden a distintas etapas constructivas, en función de la propia dinámica de la obra que se realizó, pero sin que dichas etapas puedan interpretarse como fases que se van sucediendo unas a otras y a las que, en consecuencia, habría que identificar con momentos cronológicos precisos y concretos.
Esta muralla, que es posible tuviese una superestructura de tapial, encierra un poblado en el que, según nuestras excavaciones, es posible establecer, -en este caso sí-, tres fases de habitación, aunque por el momento es difícil precisar los límites cronológicos entre cada una de ellas, si bien es posible detectarlas no sólo por los materiales arqueológicos, sino también por las distintas técnicas constructivas que se observan en las viviendas.
No obstante, sí es posible establecer por el momento, un marco cronológico, que abarca desde el siglo VII al IV a. C.
RESULTADOS DE LAS EXCAVACIONES
La excavación se realizó sobre un cuadro de 10 x 15 m., con orientación N-S y montando este extremo meridional sobre el lugar donde se presumía debía encontrarse la muralla, lo que se comprobó durante el transcurso de la excavación.
La excavación se inició dividiendo el cuadro en cuatro sectores, que se numeraron comenzando por el ángulo N-E y correlativamente, según el sentido de las agujas del reloj.
El objetivo que se perseguía al trabajar sobre tan único cuadro, obedecía a la más que evidente realidad de la presencia de estructuras de habitación, por lo que era preferible individualizar sectores en función de las estructuras que apareciesen, evitando así, que una misma habitación se excavara en más de un cuadro.
Conforme los trabajos fueron avanzando, se individualizaron las habitaciones que iban apareciendo y a las que se denominaban con la letra H, seguida del número de orden en el que iban apareciendo, al tiempo que se dejaban sin efecto los sectores establecidos anteriormente.
Con el desarrollo de la excavación, pudo comprobarse que efectivamente, la muralla discurre en dirección E-W, por la zona sur del cuadro que se excava.
Ante esta circunstancia, procedimos a cortar el perfil meridional del cuadro (A) y establecimos una trinchera o segundo cuadro (B) tal y como parecen indicarlo algunos hallazgos de superficie, con la presencia de cerámicas bruñidas y a mano más antiguas del siglo VII a. C.
Estas circunstancias inducen a creer en la posibilidad de la existencia de un poblamiento anterior al estudiado hasta ahora, pero que al configurarse, casi con toda posibilidad, como un hábitat de fondos de cabañas, hace más difícil su conocimiento por lo excavado hasta el momento.
Esperamos comprobar esta hipótesis en futuras campañas de excavaciones.
RIOTINTO NO PROPORCIONÓ LOS MINERALES A TEJADA
Hasta aquí el desarrollo somero de los trabajos realizados.
Pero, aún a pesar de la escasa superficie excavada, comparándola con el total del yacimiento, así como por lo poco exhaustivo del estudio, hasta el momento, se puede plantear una serie de cuestiones y de hipótesis de trabajo de sumo interés e importancia, ya que si un yacimiento arqueológico no lo ponemos en relación con los que se encuentran en sus cercanías o con aquellos puedan tener algún tipo de conexión con él, no podremos llegar a entender su proceso histórico.
Y en este sentido, hemos de volver a las cuestiones de índole minero-metalúrgicas, para una mejor comprensión de los problemas que plantea Tejada.
Tradicionalmente, se ha establecido que fueron las minas de Riotinto las que en la antigüedad proporcionaron los metales preciosos necesarios, fundamentalmente la plata.
Sin embargo, y aunque siempre se había puesto Tejada la Vieja en conexión con Riotinto, hoy podemos discrepar de esa idea y por varias razones.
La vinculación de Tejada y Riotinto, dentro de una ruta comercial, obligaría a un aumento de las distancias en el transporte de minerales, tanto si habían de ser embarcados en algún punto del Guadalquivir, como si lo habían de ser por el puerto de Huelva.
Si esta ruta fuese cierta, es evidente que su rentabilidad económica dejaría mucho que desear.
Por otra parte, y gracias a las excavaciones que hemos realizado en el poblado metalúrgico de San Bartolomé de Almonte ( Huelva ), podemos hoy proponer una vía distinta.
Los análisis de las escorias y minerales hallados en Almonte, indican la posibilidad de que puedan provenir de Aznalcóllar y no de Riotinto, dada la composición que presentan.
En este caso, es lógico proponer esa nueva ruta comercial que, partiendo de Aznalcóllar, pasará por Tejada y finalizará en el área almonteña, dado que San Bartolomé no es el único yacimiento de características que se encuentra en la zona.
Evidentemente, esta hipótesis sólo podremos confirmarla en el momento que conozcamos los resultados de análisis metalúrgicos de Tejada la Vieja.
Pero a las hipótesis planteadas, hemos de añadir una nueva, basada en la inexistencia de cerámicas arcaicas griegas en Tejada la Vieja, así como tampoco aparecen en San Bartolomé de Almonte.
En principio, puede parecer un tanto extraño plantear una ruta comercial en función de la no presencia de cerámicas griegas, pero si tenemos en cuenta que en Huelva son abundantes, sí podemos empezar a encontrar una explicación.
Si Riotinto hubiese sido el único centro productor, y teniendo en cuenta que la salida natural de sus productos es a través del puerto de Huelva, -caso de que se hubiese trazado la ruta a través de Tejada-, en este yacimiento también sería lógico encontrar las cerámicas griegas y esta circunstancia no ocurre, como tampoco sucede en San Bartolomé de Almonte.
En consecuencia, y en base a la no existencia de cerámicas griegas del siglo VI a. C., es lógico pensar que Tejada y Almonte responden a rutas comerciales distintas a las que pudieran partir desde Riotinto, siendo posible pensar en el núcleo minero de Aznalcóllar como punto de partida.
EL DECLIVE DE LA ZONA Y EL HECHO ECONÓMICO
Ahora bien, lo que sí es común a los tres yacimientos es que todos ellos sufren un profundo deterioro económico a partir de los últimos años del siglo VI a. C.
San Bartolomé de Almonte es abandonado por sus pobladores. Huelva ve bastante mermada su capacidad comercial y, a través de las excavaciones, se observa una amplia regresión de la ciudad en todos los aspectos.
Tejada es paralelizable, en este sentido, a Huelva.
Las causas de este empobrecimiento, que no es exclusivo de estos yacimientos, sino que es algo generalizado en toda Andalucía Occidental, son complejas.
Pero sabido es que todo acontecimiento histórico tiene un transfondo económico que es, en definitiva, el elemento que condiciona la actividad humana. No obstante y en el caso que nos ocupa, la complejidad aludida puede resumirse en un elemento esencial para estos yacimientos: la plata.
Desde los últimos años del siglo VI a. C., se estaba produciendo una serie de circunstancias de índole político-bélicas en el Mediterráneo, a las que la Península Ibérica no podía ser ajena.
Sin duda, esta situación originaría una mayor demanda de plata y, al mismo tiempo, provocaría situaciones de exclusividad comercial que con anterioridad no se había dado.
Y por último, en mi opinión, es fácil pensar en un posible agotamiento de las monteras oxidadas de las áreas mineras, donde la obtención de plata con ley alta era mucho más fácil y económica.
Es evidente que las circunstancias descritas debieron producirse, ya que es sintomático el hecho de que a partir de la fecha que consideramos, se produce el enriquecimiento y el auge, en todos los aspectos, de las zonas mineras de Andalucía Occidental.
En consecuencia, es lógico pensar que la producción metalúrgica se trasladó allí donde en aquél momento era más fácil la explotación de plata y al mismo tiempo, era más difícil controlar las rutas comerciales, ya que las vías que se dirigieran hacia el sudoeste atlántico serían fácilmente controlables a través del estrecho de Gibraltar.
¿POR QUÉ QUEDÓ ABANDONADA TEJADA?
Tejada, como ya quedó apuntado, no fue ajena a ninguna de estas circunstancias y en consecuencia sufrió los mismos avatares que el resto de los yacimientos. No desapareció inmediatamente como San Bartolomé de Almonte, que lo hizo de modo rápido, dada su condición de poblado estacional, sino que siguió subsistiendo hasta los primeros años del siglo IV a. C., en que se abandonó definitivamente el lugar.
El paso del tiempo y las inclemencias a cielo abierto, han hecho que este paraje sea todo un testimonio de desámparo y abandono.
A pesar de su indiscutible abandono, en la Web de la Diputación de Huelva en el area de Arqueología, figura un apartado en el que se describen los requisitos para obtener una cita concertada, que curiosamente se debe hacer con un mes de antelación. El acceso se hace a través de una puerta principal sellada a cal y canto, dificil de ver abierta. Aún así, se sigue accediendo al recinto, que presenta este aspecto cualquier día de la semana.
Arqueología de Huelva (PDF)
Notas sobre el lugar de Tejada y su despoblamiento (PDF)
La Huelva llana Romana
LA CONFORMACIÓN DEL SITIO ARQUEOLÓGICO DE HUELVA.
Recreación de parte de la muralla de Tejada la Vieja
Tartessos Comunidad Facebook
I JORNADAS DE TARTESSOS
IU reclama apoyo para poner en valor el yacimiento tartésico de Tejada la Vieja
El PP denuncia el “abandono absoluto” del complejo arqueológico de Tejada la Vieja
El Museo incorpora a sus fondos un betilo hallado en el yacimiento de Tejada la Vieja
Visita del Viceconsejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Antonio Roldán, al yacimiento protohistórico de Tejada la Vieja en Escacena del Campo, Huelva, tras la cual, ha sugido la denuncia. Más.
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