Cuando tiramos de la cadena del WC se produce un efecto de aerosol que todo lo impregna. A esta conclusión llegó en el año 1.975, el doctor Charles Gerba, un famoso microbiólogo de la Universidad de Arizona.
Cuando tiras de la cadena con la tapa abierta, se forma una masa de vapor de agua repleta de bacterias que sale del sanitario. Las partículas de agua contaminada flotan durante horas (un par, al menos) por todo el baño antes de aterrizar: En las paredes, toallas, cortinas de baño, papel higiénico (que, automáticamente, debería dejar de llamarse así), jabonera y el flamante cepillo de dientes.
Así que, por higiene, deberíamos tirar de la cadena con la tapa del váter bajada. También se escaparán bacterias por el huequecito entre la tapa y la loza, pero las cantidades serán muchísimo menores y, además, en horizontal, sin salpicar en todas las direcciones, sino más o menos a la altura de las rodillas.
¿Y qué pasa si necesitas usar la escobilla? Pues bajas la tapa, tiras de la cadena y, cuando acabe la descarga, abres y limpias los restos. Y luego la guardas en su zocalito, bajas la tapa de nuevo y tiras otra vez de la cadena.
Pero no hay que alarmarse en exceso: si no bajamos la tapa del váter, tu cepillo de dientes seguramente dejará de ser el objeto más limpio de la casa.
Charles P. Gerba
El Dr. Gerba, era un apasionado de los gérmenes, tanto que a su primer hijo le puso Escherichia de segundo nombre (de la bacteria fecal Escherichia Coli o E. Coli.).
Hizo un estudio sobre distintas zonas de la casa para determinar cuál contenía mayor concentración de bacterias por pulgada cuadrada y el resultado fue sorprendente:
La cosa más contaminada de una casa es el estropajo de la cocina, seguido de la pila del fregadero. Y, de entre los 15 lugares que analizó, la taza del váter resultó ser la más limpia.
Según un comentario jocoso del Dr. Gerba, “Si un extraterrestre viniera del espacio y estudiara las concentraciones de bacterias, seguramente concluiría que hay que lavarse las manos en el váter y hacer caca en el fregadero”.
Pero ¿qué pasa con los váteres públicos? Por ejemplo, los del sitio donde estudias, donde trabajas, o bien los de la oficina del paro, depende de tu caso.
Pues bien, el Dr. Gerba también hizo un estudio en varias oficinas de los Estados Unidos, recogiendo varios tipos de bacterias en distintas superficies: el escritorio, el teléfono, el ratón, la puerta del microondas, el botón del ascensor, el botón de encendido de la fotocopiadora, la tapa del váter, el fax, el tirador de la nevera y el botón de la máquina de agua.
El resultado, de nuevo, fue sorprendente: La superficie más contaminada fue el teléfono (con 25.000 bacterias por pulgada cuadrada), quizás porque lo utiliza un número importante de personas distintas al día.
Seguido del escritorio, con 21.000 bacterias; el teclado, con 3.300; y el ratón, con 1.700. Y lo más increíble es que la taza del váter solo contenía 49 bacterias por pulgada cuadrada. 50 veces más limpio que el escritorio.
¿La explicación? Según el Dr Gerba, la taza del váter, la parte donde ponemos el culete, es un ambiente muy seco para que las bacterias proliferen.
Además, es un lugar que se limpia con mayor frecuencia que el teclado o el escritorio, los grandes olvidados por el personal de limpieza.
Después de conocer todos estos datos, puede que todavía tengamos dudas.
¿Qué pasa con los masculinos? Los servicios de los chicos son abiertos. Si lo que dicen de las bacterias fuera cierto, ¿Permitirían las autoridades que fueran así, abiertos y expuestos?
Pues sí, por qué no. Es más cómodo y, al fin y al cabo, no vamos a lavarnos los dientes en los servicios del cine. Y, visto lo visto, seguramente hay más bacterias en los reposamanos de la butaca del cine que en el wc.
Como apunte pseudocientífico (y curioso) decir que si las razones microbiológicas no nos convencen, quizás interese saber que el Feng-Shui, la disciplina China que dice cómo hay que distribuir los muebles y disponer las cosas en una casa para que fluya la energía, considera que un váter abierto es un sumidero de la energía de la casa.
Es más, una tapa del váter abierta también provoca que la solvencia económica se vaya a la fosa séptica. Así que, si el motivo higiénico no nos afecta, siempre podemos apelar a nuestro dinero: Baja la tapa para que no se te vaya la economía al garete.
Un truco para tener el fregadero desinfectado consiste en echar una cucharadita de lejía en un vaso de agua caliente y verterlo en el mismo para eliminar todas las bacterias. El inconveniente es que sólo durará limpio 24h.
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