De la enfermedad de Legg-Calve-Perthes se sabe poco, suele presentarse en varones de 4 a 10 años de edad, el hueso del femur muere, se colapsa y se vuelve plano. Generalmente, sólo afecta a una cadera aunque a veces afecta a ambas. Produce una cojera, normalmente indolora, pero pueden tener dolor en la cadera, la rodilla, en el muslo o en la ingle.
Produce atrofia de los músculos del muslo, rigidez de la cadera con un movimiento limitado Cuando la cadera presenta dolor o la cojera empeora, la restricción de actividades como correr puede ayudar a reducir la inflamación, sin embargo los médicos no recomiendan reposo en cama. Esta es la enfermedad que padece Bill Shannon, nuestro personaje de hoy.
¿Qué ocurre cuando a un niño le duele la cadera al andar? – Pues o se resigna a permanecer quieto, o no se resigna y anda como sea. Esto es lo que hizo Bill Shannon, no resignarse y aprender a usar las muletas exactamente igual, o mejor que sus compañeros del colegio usaban sus piernas. Las muletas son parte de su vida, cuando era niño le dieron las muletas y para él eran como un jueguete, aprendíó a moverse con ellas. Luego la enfermedad remitió y pudo volver a andar sin muletas, a ser un chico “normal”, pero la enfermedad volvió, y desde entonces, hace 10 años, necesita llevar la ayuda de la muletas y tuvo que integrarlas a su vida, puede mover las piernas, pero no puede apoyarlas por largo tiempo sin padecer dolores.
Pronto descubríó que las muletas clásicas que terminan en punta no le valían y se diseñó sus propias muletas que acaban en una especie de balancín de goma y se puso a hacer lo que hacían sus amigos, caminar, bailar y montar en skyboard igual que los demás, pero con muletas. Vive su vida y como para otros jóvenes de su barrio, su vida pasa por las exhibiciones callejeras de breakdance, la cultura de discotequera en la calle y el artes urbano.
También anda en patineta, le ayuda a moverse. Aprendio a andar a los 12 años, en el periodo en que vivió sin muletas. Cuando las tuvo que volver a coger de nuevo, pensó que no podría volver a patinar, pero ahora es una buena ayuda para desplazarse de un lugar a otro.
Naturalmente como todos, se cae de vez en cuando, entonces nota la compasión de la gente que le consideran un incapaz y pese a su buena intención le molesta, dice. “muchas veces siento los actos de los ´buenos samaritanos´ como un obstáculo.” Pese a todo, lo que es la consecuencia de una enfermedad, lo ha convertido, no solo en su modo de vida, sino en una nueva expresión cultural.
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