La existencia de una nueva instalación nuclear y los últimos lanzamientos de misiles de largo y mediano alcance efectuados por el Gobierno de Irán han preocupado a las potencias mundiales, llevando incluso al Presidente estadounidense a no descartar una posible acción militar en el país de los Ayatollahs.
Durante la cumbre del Grupo de los 20 países desarrollados y economías emergentes, llevado a cabo en la ciudad estadounidense de Pittsburg a fines de septiembre, el presidente norteamericano, Barack Obama, llegó a lanzar una advertencia a Irán con una posible acción militar si no “rendía cuentas” sobre sus planes nucleares.
El diario The New York Times, en su edición del 28 de septiembre, señaló que Obama estudia nuevas sanciones diplomáticas y económicas contra Irán, en especial en materia petrolera y restricciones a bancos de esa nación.
De esta manera, la administración norteamericana quiere presionar al país centroasiático para obligarlo a dialogar sobre su programa nuclear.
Washington acusa a Teherán de desarrollar armas de destrucción masiva, lo cual es rechazado por las autoridades persas, que defienden el proyecto para tener energía eléctrica.
Thomas Pickering, ex subsecretario de Estado, explicó al rotativo que las sanciones no resolverán ningún problema y abogó por las negociaciones entre ambas naciones.
De igual manera se pronunció Ray Takeyh, experto del Council on Foreing Relations, destacada personalidad de las relaciones exteriores estadounidenses.
Para apaciguar las “tormentosas aguas”, Alí Akbar Salehi, jefe del programa nuclear iraní, dio señales positivas permitiendo a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) revisar la instalación nuclear subterránea de Qom, recientemente revelada, y aún en proceso de construcción, destinada al enriquecimiento de uranio.
La inspección a la planta nuclear está programa para el próximo 25 de octubre de 2009.
Según fuentes diplomáticas occidentales, la planta de enriquecimiento de uranio está ubicada al noreste de Qom, cerca de la autopista Qom-Aliabad , y su construcción bajo una colina comenzó a mediados de 2006.
Se cree que la planta no está todavía en funcionamiento y que tendía capacidad para unas 3 mil centrífugas para el enriquecimiento de uranio.
El presidente de la Organización iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehi, declaró que su país pretende colocar centrífugas de nueva generación.
Según el diario norteamericano, Washington Post, el objetivo final de Irán es llegar a dotarse de plantas de fusión.
Salehi también explicó que "la construcción de centrales nucleares es el primer paso hacia la edificación en el futuro de plantas de fusión".
La energía de fusión, considerada la energía de futuro, consiste en un proceso que permite la fusión de átomos de hidrógeno para producir helio.
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