La Asociación del Defensor del Paciente contactó por medio de una carta al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, para informarle de una denuncia por "trato tercermundista" hacia los pacientes en la Clínica SEAR, de Tres Cantos, Madrid.
En concreto, le remite un escrito de Francisco Salazar Recio, esposo de una paciente ingresada en esta Clínica tras padecer un ictus isquémico, quien, según él, sufre "falta de higiene, largas horas sin cambiar los pañales y en sillas de ruedas, mezcla de prótesis dentales de diferentes enfermos en el mismo vaso que además usan para beber, falta de espacio, etc".
Según el relato del marido, Antonia Valentina Montero permanece más de 12 horas sin cambiar de pañales, con orines y defecaciones, sentada en silla de ruedas, hasta que a las 20 horas la meten en la cama.
"El celador de planta me ha sugerido veladamente que no puede cambiarle el pañal con normal asiduidad, pues carecen de remanente en el almacén, con escaso y reducido suministro, y en ese caso se lo tenía que quitar a otra enferma y dejarla sin él. Ante esta grave desatención, me sugirió descaradamente que los trajera yo", indicó el marido. Así mismo, este familiar tiene que llevar al hospital toallitas húmedas para lavar a la paciente.
"La Clínica SEAR es un centro reincidente en cuanto a anomalías en la atención sanitaria, pero desgraciadamente la gran mayoría de los pacientes que nos presentan la queja no nos lo hacen por escrito por miedo a represalias, aunque en este caso ha sucedido lo contrario", señala la Asociación del Paciente.
"Es lamentable que una clínica concertada de este tipo, a la que la Comunidad de Madrid destina una importante suma de dinero, trate a los pacientes que allí ingresan como si solicitasen caridad, por lo que de igual modo le instamos que valore sea retirado el concierto existente", considera.
Sanidad abrió un expediente sancionador contra la clínica en 2005 que culminó con una sanción por "infracción grave" en la atención de los enfermos.
Juan José Güemes
Esta sanción supuso una multa de entre 3.000 y 15.000 euros. El Gobierno regional llevó a cabo seis inspecciones entre tras varias denuncias presentadas por familiares de enfermos.
Éstos se quejaban del "trato inhumano" recibido por sus familiares a causa de la falta de personal y de medios. La clínica admitió que no podía ofrecer mejor atención porque no encontraba enfermeras .
El centro es privado, tiene un concierto para atender a pacientes de la sanidad pública y es el hogar de 330 enfermos terminales y crónicos.
Pese a la sanción, Sanidad renovó el concierto con la clínica y aumentó el dinero que le da a cambio de que aumente el personal.

La última y más grave denuncia contra la Clínica Sear fue presentada ante Sanidad el 10 de diciembre de 2004, y estaba firmada por 51 familiares de enfermos ingresados en la clínica.
En ella, los afectados afirmaron: "Denunciamos que las deficiencias que presenta la clínica son de todo punto inadmisibles. Los enfermos pasan horas nadando entre sus excrementos y vómitos sin ser atendidos. Hay una desatención habitual. Los suelos pasan horas sin limpiar".
"Hay una carencia de material sanitario e higiénico, como pijamas, toallas, pañales, sábanas, cuñas... Los familiares tenemos que traer de nuestras casas jabón, toallas, medicamentos, pomadas y cremas hidratantes. Las comidas están mal preparadas, lo que provoca el rechazo de muchos enfermos hacia ellas y quedan mal alimentados", continuaba la denuncia, que reclamaba la intervención inmediata de la Consejería de Sanidad.
Luis Tiemblo, el director gerente de la clínica que, ya no trabaja en la misma, admitió en su día a EL PAÍS que parte de las carencias denunciadas por los familiares podían ser ciertas.
Atribuyó la mayor parte de los problemas a la falta acuciante de personal: "Nos falta personal. No encontramos a enfermeras y auxiliares que quieran trabajar aquí. Contratamos a siete enfermeras en noviembre y todas se han marchado. Prefieren hacer sustituciones de Navidad en la sanidad pública que trabajar con enfermos crónicos y terminales. Estamos intentando traer enfermeros de Colombia y Ecuador, pero la burocracia es muy lenta", explicó .
Una de las pacientes con hematomas en un brazo.
El gerente de la clínica, además, denunció el difícil papel de un centro que debe atender a enfermos en una situación muy complicada:
"Ni los hospitales públicos ni, muchas veces, las familias quieren responsabilizarse de unos enfermos que no vienen aquí a curarse, sino a morir o a pasar años en unas condiciones de deterioro físico y psíquico extremo. Recibimos lo que la sociedad no quiere ver ni cuidar y nadie nos ayuda", declaró.
Tiemblo también criticó que el concierto de Sanidad, unos 66 euros por persona y día, era "escaso, entre un 5% y un 10% del coste real de la atención a los enfermos".
Sin embargo, Tiemblo hizo una defensa encendida de la actitud de los trabajadores y negó que éstos, a parte de las limitaciones debidas a la falta de persona, desatendieran deliberadamente a los enfermos:
"Aquí hay gente extraordinaria, trabajadores y familiares, que llevan años entregándose en el cuidado y la atención de los enfermos", concluyó.
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Como enfemero de la clínica no puedo dejar de sorprenderme ante semejante crítica al más puro estilo de la prensa amarilla inglesa.
ResponderEliminarGran parte de los datos son totalmente erróneos, carecen de todo tipo de contraste. En la actualidad el número de pacientes atendidos es mucho menor y las instalaciones de la clínica han sido totalmente reformadas a excepción de una de sus plantas.
El trato que reciben los pacientes se basa en la ética que rige a cada una de las profesiones sanitarias que desempeñan la labor en el mencionado centro. No doy ningún crédito a las declaraciones del mencionado familiar, la realidad que menciona no es la existente.
Es inevitable que muestre mi pleno rechazo ante una crítica directa y vacía hacia mi esfuerzo y trabajo diario.
Yo pondría una cámara indiscreta y más de uno se daria cuenta por qué la llaman la clínica del exterminio.
EliminarEnfermero, si realmente trabajaras en la clínica, confirmarías, porque conocerías de primera mano, la enorme falta de personal y medios que hay en ese centro. Por lo que más que enfermero, me inclino por llamarte accionista. He pasado 3 meses en ese centro (primavera 2015), varias horas al día, con un familiar, y puedo confirmar que ese centro es tercermundista: Falta de personal en todos los ámbitos (para hablar con la enfermera, tienes que pedir audiencia -con los médicos, ni te cuento-), falta de limpieza de las habitaciones (sólo se limpia, deprisa y corriendo, por las mañanas), falta de medios (las camas,muebles, sillones, son del año la polka, están destrozados, y el mantenimiento es nulo. El armario estaba destrozado, lo comunicamos, y cuando a los 3 meses nos fuimos, seguía destrozado. Hay que ir a mendigar los vasos de plástico para los enfermos. El gel y champú, lo tienen que traer los enfermos de casa, etc,etc). Mi familiar le han dado el alta, cosida a golpes en las extremidades, y nadie da explicaciones (hay una denuncia en comisaria y otra en la CAM, por ello). El jardín, a excepción de unos trozos de césped en la entrada, es un autentico secarral (polvo, piedras,surcos, y bancos destrozados. Para enfermos en sillas de ruedas, es un auténtico calvario, más propio de un 4X4, que de una silla). Si el enfermo no puede digerir bien o comer por si mismo, el escaso personal existente, le da deprisa y corriendo lo más ligerito, y mañana será otro día.
EliminarUn auténtico pozo negro. Es vergonzoso, que eso sea lo que nos espera después de una vida entera achicharrado a impuestos.
Lo único que se salva, es la comida, a la que se le puede poner un 6 sobre 10, y la actitud de una pequeña parte del personal -mi familiar tuvo la suerte de ser atendido por algun@s- que, a pesar de la falta de medios y personal ya aludida, muestra auténtica profesionalidad y cariño hacia los enfermos. Mi reconocimiento y gratitud para ellos.
Enfermero, si realmente trabajaras en la clínica, confirmarías, porque conocerías de primera mano, la enorme falta de personal y medios que hay en ese centro. Por lo que más que enfermero, me inclino por llamarte accionista. He pasado 3 meses en ese centro (primavera 2015), varias horas al día, con un familiar, y puedo confirmar que ese centro es tercermundista: Falta de personal en todos los ámbitos (para hablar con la enfermera, tienes que pedir audiencia -con los médicos, ni te cuento-), falta de limpieza de las habitaciones (sólo se limpia, deprisa y corriendo, por las mañanas), falta de medios (las camas,muebles, sillones, son del año la polka, están destrozados, y el mantenimiento es nulo. El armario estaba destrozado, lo comunicamos, y cuando a los 3 meses nos fuimos, seguía destrozado. Hay que ir a mendigar los vasos de plástico para los enfermos. El gel y champú, lo tienen que traer los enfermos de casa, etc,etc). Mi familiar le han dado el alta, cosida a golpes en las extremidades, y nadie da explicaciones (hay una denuncia en comisaria y otra en la CAM, por ello). El jardín, a excepción de unos trozos de césped en la entrada, es un autentico secarral (polvo, piedras,surcos, y bancos destrozados. Para enfermos en sillas de ruedas, es un auténtico calvario, más propio de un 4X4, que de una silla). Si el enfermo no puede digerir bien o comer por si mismo, el escaso personal existente, le da deprisa y corriendo lo más ligerito, y mañana será otro día.
ResponderEliminarUn auténtico pozo negro. Es vergonzoso, que eso sea lo que nos espera después de una vida entera achicharrado a impuestos.
Lo único que se salva, es la comida, a la que se le puede poner un 6 sobre 10, y la actitud de una pequeña parte del personal -mi familiar tuvo la suerte de ser atendido por algun@s- que, a pesar de la falta de medios y personal ya aludida, muestra auténtica profesionalidad y cariño hacia los enfermos. Mi reconocimiento y gratitud para ellos.