LA ZONA DEL ARTE : El "dolor" del Arte


A continuación se transcribe el discurso pronunciado por el Director de la Academia de Cine españolaEnrique González Machoen la entrega de la XXVII edición de los Premios Goya 2013 celebrada en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid, España, el 17 de febrero de 2013. 

Enrique González Macho

En otras ediciones hubiera dicho que ha pasado un año desde la gala anterior, pero esta noche diré que hemos vivido 12 meses de inquietudes. Ha sido un año duro, crítico, en el que se han sucedido hechos relevantes, que hemos sufrido tanto o más que  el resto de la sociedad. Desfavorables y adversos muchos de ellos, pero también alguno esperanzador.

El más grave ha sido el de la brutal subida del IVA en la Cultura y, por lo tanto, en el cine. Todos los sectores culturales, avalados por los estudios independientes, advirtieron de lo perjudicial de dicho incremento, tanto para el erario público –que obtendría una menor recaudación– como para todo el sector cultural. 


Se nos contestó que era una medida transitoria, esencial y excepcional para contribuir a la sostenibilidad presupuestaria. Pero los resultados están siendo todavía más negativos que lo que se previó. El consumo cultural ha tenido un fortísimo descenso y, por tanto, una menor recaudación, acompañado de fuertes costes sociales: cierre de empresas y aumento del paro, que si ya era elevado, alcanza en la actualidad un nivel alarmante.

Antes que España, Holanda y Portugal aplicaron también una fuerte subida en el IVA cultural, pero dado su efecto negativo, rectificaron y volvieron a un IVA reducido.

No es de recibo que tengamos el IVA cultural más alto de Europa. Una vez más, la razón del Estado se ha impuesto sobre el estado de la razón. Y nosotros no vamos a cejar en nuestro empeño de que se rectifique este grandísimo error.



Como dice un proverbio chino, “un hombre sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo los necios permanecen sentados”, y es que quienes no son capaces de cambiar de opinión se aman a sí mismos más que a la verdad.

Y ya que hablamos de dinero y de recaudación, denunciemos una vez más el dinero que pierde la Cultura con la piratería. Tan sólo en la industria cinematográfica la piratería ha supuesto la enorme cifra de 3.000 millones de euros.



No es demagogia decir que su desaparición, o cuando menos su disminución, aportaría al Estado unos recursos infinitamente superiores a los pretendidos con la subida del IVA y, mucho más importante, se crearían miles de puestos de trabajo.

Desgraciadamente, no sólo no se han hecho los esfuerzos necesarios sino que, al contrario, las cifras han sido este año iguales o peores que los de años anteriores. Con la promulgación de la tímida y mal llamada Ley Sinde, Estados Unidos nos sacó de la famosa Lista 301 donde se encuentran los países proscritos por su descontrol o su inoperancia con esta lacra. 



La pequeña esperanza que se abrió, se quedó sin embargo en nada: volveremos a estar en esa lista negra más bien antes que después.

¿Cómo se puede sentir un sector al que se critica desde ciertos ámbitos por recibir unas ayudas públicas que suponen unos 39 millones, rentables para el Estado, pero al cual la actividad ilegal le está sustrayendo cientos de millones?

Ya no vale la excusa de que no hay una oferta legal en la Red. Hoy en día existen más de 20 portales que ofrecen miles de películas a precios muy asequibles.




Entendamos de una vez por todas que sin el estricto respeto a los derechos de autor y a la propiedad intelectual no solo no es posible el desarrollo de cualquier industria cultural, sino que el empobrecimiento será cada vez más agudo.

O terminamos con el expolio o él terminará con la Cultura.

Este año ha sido también el de la supresión del canon digital. Mientras todos los países de Europa lo mantienen con diferentes formulaciones, aquí desaparece y se sustituye por la ridícula cantidad de 5 millones de euros que vienen de los presupuestos generales del Estado. Así, si antes lo pagaba el supuesto usuario, ahora lo pagamos todos. Curiosa solución ¿no?


También estamos preocupados por el deterioro progresivo que está sufriendo Radiotelevisión Española,  aliada del cine español y garante de su diversidad. Un deterioro, consecuencia de fuertes recortes, que están ganando la batalla a un magnífico equipo humano que ha demostrado desde hace mucho tiempo su eficaz labor. 

Durante muchos años la colaboración entre Televisión Española y la industria cinematográfica ha sido, cuando menos, muy beneficiosa para ambas partes. Es esencial que esto siga siendo así, y no sólo para ambos, sino también para la Marca España que, hoy más que nunca, necesita un fuerte empuje, al que ha de contribuir de  forma destacada el Canal internacional.

Esperamos, deseamos, y si me lo permiten, exigimos que dicha colaboración siga siendo tan fructífera como lo ha sido hasta ahora. España se merece una televisión pública con los recursos necesarios para, además de ser competitiva, cumplir su esencial función social.


Como dije al comienzo, estamos resistiendo a todo esto y, en 2012, hemos tenido la mejor temporada de cine español de los últimos 27 años y de ello debemos congratularnos. Aunque, para ser justos, hay que decir que todas las películas estrenadas ese año han sido producidas con anterioridad. Las de la etapa política que vivimos hoy se estrenarán a partir de marzo o abril, y ¡ojalá me equivoque!, pero creo que los resultados no serán tan brillantes como los del año pasado.

Pero bueno, el pasado, pasado está. El futuro está por llegar, pero el presente es nuestro y necesitamos poder seguir caminando.

Tras este año de incertidumbres se ha comenzado a trabajar en la elaboración de una nueva Ley de Cine. Y tenemos gran esperanza en ello, por dos razones: primero porque creemos que es un proyecto necesario, y segundo porque cuando se pierde la esperanza uno se vuelve reaccionario.


Es la primera vez que están sentados a la misma mesa el poder político y la totalidad de la industria audiovisual española para trabajar codo con codo.

Pueden tener la certeza de que en ese debate los agentes creativos e industriales aportaremos lo mejor de nosotros mismos con la generosidad y la profesionalidad necesarias para que todo llegue a buen término. Volemos conjuntamente con las alas  bien desplegadas, pero garantizando un buen tren de aterrizaje.

El cine es de sus creadores y de la sociedad a la que va dirigido. Ha de ser una cuestión de Estado, pues forma parte de nuestro patrimonio cultural. 

Más claro: el cine no pertenece, ni puede pertenecer, ni pertenecerá a ningún partido político, porque, por pura definición, los partidos representan  legítimamente a diferentes sectores de la población, pero ninguno, en los países democráticos, a su conjunto. 

El cine español no es de los de la ceja, ni de los del bigote, ni de los de la barba, ni de los de ningún otro apéndice capilar, el cine nos pertenece a todos, es un derecho de los ciudadanos, y como cultura no es un complemento: es parte esencial de la vida.

Y para terminar, citaré un pensamiento de D. Miguel de Unamuno.

Dijo D. Miguel:

Sólo el que sabe es libre.
Y más libre el que más sabe.
Sólo la cultura da libertad.
No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas.
No la de pensar, sino dad pensamiento.
La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.

Muchas gracias y buenas noches.


ENRIQUE GONZÁLEZ MACHO



Un cartel que criticaba la situación del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, a raíz de una noticia relativa a las dificultades de la puesta en marcha de la 41ª edición de este Festival. Más.












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