LA ZONA INSÓLITA : El Cumpleaños-fúnebre de Eileen Bush


Eileen Bush, una británica afincada en Cómpeta (Málaga) desde hace diez años, celebró su funeral en vida, un acto que coincidió con su 80 cumpleaños, y en el que agradeció todos los días de su existencia y el «milagro» que ha supuesto para ella cumplir esa edad. 


El Hotel Balcón de Cómpeta fue el escenario escogido para dar este peculiar último adiós a Bush, en el que no faltaron el coche fúnebre y el ataúd. 

La protagonista explicó que hacía un año que empezó a plantearse la posibilidad de organizar su propio funeral, una celebración a la que pudieran asistir sus allegados y amigos para agradecerles el cariño recibido durante todos los días de su vida.


Eileen Bush ha celebrado su funeral en vida

Bush casi no podía creer que llegara a los 80 años, ya que cuando era joven, estuvo aquejada de múltiples enfermedades, tuvo muchos ingresos hospitalarios y los médicos le auguraron que no llegaría al medio siglo de vida. 


Sin embargo, según sus amigos, nunca perdió su carácter «vitalista, entusiasta, divertido y optimista», que le llevaron a poner en marcha esta iniciativa, que más de uno calificó de «locura» y que revolucionó en los últimos días el municipio de Cómpeta, de unos 4.000 habitantes y enclavado en el interior de la Axarquía Malagueña.


Durante el sepelio, sus familiares, que se desplazaron hasta Cómpeta desde Inglaterra y Australia, escucharon la ceremonia oficiada en inglés por un Pastor Humanista, en la que se repasaron los momentos más significativos de la vida de la homenajeada. 

Cuando los asistentes recordaban quién había sido Bush, lo que deberían haber sido lágrimas y llantos se tornaron en risas y gritos de júbilo en cuanto ella apareció para decir que no había llegado su hora, que todo era una broma y proclamar su felicidad por cumplir 80 años.

Una británica celebra su funeral en vida y agradece el «milagro» de cumplir 80 años

Ayudada de una muleta de la que no podía separarse por sus problemas en la rodilla derecha, Bush tomó asiento junto a su marido y manifestó que, «si hubiera tenido que esperar a estar muerta, no habría podido darle las gracias a toda la gente que la hecho feliz». 

Después tuvo lugar una cena en la que ni la disposición de los comensales era casual, puesto que se repartieron en mesas con los nombres de los lugares en los que había vivido Bush, por lo que los amigos más recientes, los que hizo en Cómpeta, estuvieron colocados en la última.



También fue singular este sepelio para Rafael Ruiz, el funerario que llevó el féretro hasta el Hotel y que reconoció que era el primer servicio que efectuaba en el que el supuesto fallecido estába vivo. «Es algo innovador, no lo habíamos hecho nunca, pero lo vivimos con alegría y estamos aquí para acompañar a Eileen en su entierro», bromeó.



Nataly Brooks, una de las amigas que ayudó a la británica en la organización de su funeral, manifestó que ella no estába ni mucho menos para morirse, «sino que podría durar treinta años más, porque sólo tenía los achaques propios de su edad». Brooks, que es traductora médica y ha acompañado a su amiga a numerosas citas al hospital, declaró que es la "más divertida" de los pacientes mayores con los que trabajaba y que estába «encantada» de poder terminar sus días en Cómpeta. 

Cuando eso ocurra, Eileen Bush no tendrá exequias ni funerales; ella el suyo ha querido hacerlo mientras estuviese viva, «para devolver en persona el cariño que ha recibido».

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