LA ZONA PÚBLICA: Un reloj de 20.000 Euros

LEVANTE-EMV/
En una de las conversaciones grabadas por la policía a Álvaro Pérez con Pablo Crespo se sugiere un regalo del ex alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, a Costa, un reloj de acero valorado en más de 20.000 euros.


La transcripción literal es la que sigue:

Pérez: Escúchame un segundo, es que le ha regalado Luis Díaz Alperi, el que era alcalde de Alicante, un Frank Muller de la Volvo Ocean Race, que vale 20.000 euros.

Crespo: ¿Pero de oro o qué?
Pérez: No, no, de acero.
Crespo: Ya.
Pérez: De acero, de acero, porque hemos llamado ahora, es de Rabat, para preguntar a ver qué valía, lo ha flipado Ricardo, claro... entonces se lo han ajustado, le han ajustado la correa y va como un niño, ya le conoces tío, con una cosa de éstas se vuelve loco, pero no se lo puede poner en Valencia, ya se lo he dicho. Tío, ni se te ocurra, no, no, no, ni hablar, digo, es que es un cante de cojones, aparte de que es muy grande, ¿sabes? Pero va como un niño con zapatos nuevos.

El 22 de diciembre de 2008, Costa y Álvaro Pérez hablan. Ambos comentan resolver los pagos que el partido tiene pendientes con su empresa, Orange Market, S.L. -en una de las conversaciones, Pérez habla de 100.000 euros-, y Costa se compromete a pagarle todo lo que debe el PP aunque no pueda "pagar el alquiler en tres meses". "Ricardo, no vayas a hacer ninguna tontería por mí", le responde.

En las conversaciones, Costa le pide además que no comente nada de lo que ha hablado con él sobre los pagos ni a Camps ni al vicepresidente Vicente Rambla y, de paso, aprovecha para pedirle a E Bigotes 100 gramos de caviar para Navidad. Éste dice que se lo pedirá a Vicente Cotino -sobrino del consejero Juan Cotino- porque "lo suele traer de Rusia".

Rambla no ayuda

Según los investigadores, en sus distintas conversaciones Pérez deja claro que Rambla "no le ayuda" con las facturas pendientes y, en una conversación con el dimitido presidente de la Radiotelevisión valenciana, Pedro García, reprocha los impagos a Camps.

¿ Y cómo es el reloj de 20.000 €?

Las cualidades de un reloj, en ocasiones, van más allá de su maquinaria o su diseño. El reloj que supuestamente Ricardo Costa recibió como regalo debía ser un reloj "discreto", "ni se te ocurra llevarlo por Valencia, es un cante", le advirtieron. Sin embargo, la discreción no es algo que haya acompañado a la vida de este reloj. Fue presentado con boato y presencia mediática el 24 de septiembre de 2008 en la Lonja de Alicante. Sólo se hicieron treinta unidades, una de ellas parece que cayó en manos de Ricardo Costa (aunque no lo saque por Valencia). El regalo fue fabricado en acero y diseñado con la caja característica de la marca Franck Muller en tamaño 8080 y cubierto de oro rosa mate, según descripción del fabricante.

"En la parte inferior de la esfera está pintado a mano, en color naranja, el mapamundi señalizando el lugar del inicio de la Volvo Ocean Race: la ciudad de Alicante", se dijo en la presentación. "En la esfera se visualizan las horas, minutos y segundos señalizados con las agujas centrales en luminova perfiladas en naranja". También se detallan los puntos cardinales "para todo buen marinero", y los números han sido pintados a mano. La correa de caucho se ajustó a la muñeca de Costa, quien, según las conversaciones publicadas, "iba con él como un niño con zapatos nuevos" (eso es que ya lo ha estrenado y suponemos que fuera de Valencia, claro está).

Es un objeto preciso y precioso en detalles, cuidado. Puede gustar más o menos (vea la foto) pero creo que ni la descripción promocional ni su imagen aclaran la duda que me surgió cuando leí la conversación interceptada por la policía y publicada en El País. ¿Cómo es un reloj de 20.000 euros? Ahora sé que el de Costa es un "cante", que exige discreción, que se presentó en Alicante desterrado de Valencia y que se ha convertido en objeto de sospechas. Un "cante", desterrado y sospechoso.

Imagino que Ricardo Costa se pondrá su brillante "Franck Muller" en casa, al volver del parlamento valenciano, y que mirará las horas, los minutos, los segundos, con precisión suiza, pero a escondidas. Yque se sentirá "buen marinero" como rezaba su manual de promoción.

Sin embargo, llevar un reloj de 20.000 euros en la muñeca no conviernte a nadie en buen navegante, por mucho que insista Franck Muller. El Sr. Costa hace meses que perdió el rumbo y ahora, el tiempo, como su reloj, corre en su contra, le apremia, en Valencia o en los cuatro puntos cardinales.

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