Cuando la sangre se ve salpicada de la misma sangre, se mueven unos mecanismos especiales que son los que intentan justificar el fin, cuyos medios se ponen en práctica a veces, ignorando las leyes impuestas, incluso por quienes ponen en práctica ese medio. Estos medios a lo largo de la historia, han sido múltiples e inimaginables.
El mundo está repleto de injustas “injusticias” llevadas a cabo, debido a esta noble causa, que no es otra que defender “la sangre” que ha sido defendida a veces también con más sangre. Porque, ¿Cuándo son todas las injusticias justas o injustas?
Por poner un ejemplo, son casi inexistentes o inexistentes, los casos de familiares de políticos o de altos cargos ejecutados, colgados, degollados, quemados, desahuciados…!Alto¡
Si una persona vinculada a un Partido político u Organización estatal tuviese la desgracia de perecer víctima de una circunstancia achacable a una Ley de algún País democrático en donde se pudiera demostrar que dicha muerte es consecuencia directa de las normas de aplicación de esa Ley, y de que incumple la Constitución de ese país. ¿Deberíamos declarar a la víctima como mártir de esa causa?, ¿hasta qué punto nos estaría permitido? Y, ¿en qué grado?
Miles de personas se suicidan cada día en el Mundo, pero ningún Gobierno ha cometido la “indiscreción” de decir la cifra en ninguna Campaña electoral, que yo recuerde, hasta el momento, porque de hacerlo, tendría que enumerar las causas e identificar la causa con un motivo derivado de la aplicación de leyes injustas, impuestas por el Partido contrincante.
¿Qué hubiera ocurrido si un hijo del César, se hubiera arrojado a los leones porque se hubiera visto "hasta el cuello”, debido a la dura y cruel política aplicada al pueblo por su progenitor?
Probablemente, por ser hijo del César, hubiera tenido que hacer el milagro de “parecerse”, porque no bastaba con ser el hijo, también había que “parecerlo”.
O, ¿Qué hubiera ocurrido si a un Presidente de los Estados Unidos le hubieran telefoneado a las cinco de la mañana para decirle que su hijo estaba detenido e iba ser juzgado para ser condenado a la Silla Eléctrica en un Estado en el que sí se aplica la pena de muerte?
Más sencillo aún. ¿Qué ocurriría si a un/a alto cargo político o político simplemente, le llaman a altas horas de la madrugada y le dicen que su hija está implicada en un crimen y, en la familia hay un Juez, la madre de la chica es Consejera de no se sabe qué, y su tío es un afamado farmacéutico?
Con los pies en el suelo ya, quien no vea que la gente se defiende a pedradas o con palos o con tirachinas o con morteros de las injustas “injusticias” que les son aplicadas en forma de cuerpo de Cristo con nombre de Ley, es porque no vive en el Mundo o cobra por no estarlo.
Por eso, precisamente, es por lo que cuando una Ley está “fabricada” para “todos” los ciudadanos, por mucho que algunos se vanaglorien de que ya está hecha la “trampa”, se olvidan de que todas las trampas tienen una "laguna" por la que pueden naufragar, incluso los constructores de la trampa. O, ¿acaso la laguna que lleva la Ley, tras su proyecto y construcción, también está hecha adrede?
Si es así, entonces no sólo somos marionetas, sino que estamos dentro de un gallinero rodeados de gallinitas inocentemente disfrazadas de “zorras”, y dentro del corral una zorra, pero autentica, de las que se come a las gallinas. Todo un rompecabezas.
Esa es la trama del mundo de la política. Un mundo que cuando se muestra en su más cruda realidad, asusta incluso a la zorra disfrazada de gallina.
Pero, ¿por qué se disfraza la zorra de gallina? Muy fácil: es la única manera que tiene para poder hacer una Ley que no lastime a la zorra, ni a sus zorritos.
Por eso, si el gallinero apareciera algún día salpicado de sangre, y el Granjero se asomara y viese la sangre, no sólo tendría que preguntarse si ha sido justo el derramamiento, que no lo es, sino adivinar qué sangre es de zorra y qué sangre es de gallina.
Si descubriera que la sangre es de gallina, seguro que otro Gallo “iba a cantarle”. Por lo que hay que tener en cuenta todas las moralejas, y ver en qué prenda salpica la sangre, pues está visto que lo importante no es la mancha, sino el RH.
Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer;
puede también de este modo
su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.
Arturo65
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