Un vecino de Bilbao, médico de profesión y de 64 años, ha sido condenado a dos años y tres meses de prisión por "desquiciar" con el aparato de televisión y el equipo de música al matrimonio que reside en el piso contiguo al suyo, en el Casco Viejo de Bilbao.
El condenado ponía la televisión y la música a un volumen altísimo a diferentes hora del día y de la noche, llegando incluso a colocar los altavoces en una chimenea para ampliar el sonido del mismo.
"Todo ha sido consciente"
Los hechos se iniciaron en septiembre de 2005. Asun, la vecina afectada, ha explicado que durante estos años no ha podido conciliar la vida familiar. "Todo ha sido consciente, muy conscientemente", ha añadido.
El marido de la afectada, Fernando, ha recordado que rogó a su vecino que bajara el volumen de sus aparatos, ya que su salón hace pared medianera con el dormitorio del matrimonio.
"Detrás de nuestro armario él tiene una chimenea, y dentro de la chimenea tiene metidos los altavoces de los equipos musicales. Imaginaros lo que retumba".
Una sala de fiestas
Fernando ha comparado su dormitorio con "una sala de fiestas" por cómo se oía la música, sobre todo por la noche. "Nos teníamos que marchar al sofá o a otra habitación y cerrar la puerta, porque esto era imposible...y una vez que te has despertado ya no puedes conciliar el sueño, estás excitado, con palpitaciones.
Tenía que tomar una pastilla", ha explicado.
Tras años de ruido, el matrimonio ha optado por ponerse en manos de un despacho de abogados, hasta llegar a juicio. "Nunca hubiera querido verme en una sala de juicios.
Desconozco el porqué de su actitud, lo desconozco, yo a él no le he hecho nunca nada", ha añadido.
El acusado alega sordera
El abogado de la familia, Alberto Martínez, ha afirmado que el acusado, un médico de 64 años, podría ingresar en prisión. Las sonometrías realizadas por la Policía Municipal para recoger el volumen que partía del domicilio a diferentes horas del día y de la noche muestran valores por encima de la ordenanza municipal.
En el piso del demandado se recogió un valor de 88,8 decibelios, cuando el máximo es de 40.
El abogado ha explicado que el acusado ha alegado a lo largo de estos años que padecía sordera. "Pero en modo alguno exigía que debía tener los niveles que se acreditaron.
Alguien decía que grababa programas de televisión cuando no estaba en casa, y que dejaba encendida la televisión por cuestión de seguridad", ha añadido el abogado.
El condenado ponía la televisión y la música a un volumen altísimo a diferentes hora del día y de la noche, llegando incluso a colocar los altavoces en una chimenea para ampliar el sonido del mismo.
"Todo ha sido consciente"
Los hechos se iniciaron en septiembre de 2005. Asun, la vecina afectada, ha explicado que durante estos años no ha podido conciliar la vida familiar. "Todo ha sido consciente, muy conscientemente", ha añadido.
El marido de la afectada, Fernando, ha recordado que rogó a su vecino que bajara el volumen de sus aparatos, ya que su salón hace pared medianera con el dormitorio del matrimonio.
"Detrás de nuestro armario él tiene una chimenea, y dentro de la chimenea tiene metidos los altavoces de los equipos musicales. Imaginaros lo que retumba".
Una sala de fiestas
Fernando ha comparado su dormitorio con "una sala de fiestas" por cómo se oía la música, sobre todo por la noche. "Nos teníamos que marchar al sofá o a otra habitación y cerrar la puerta, porque esto era imposible...y una vez que te has despertado ya no puedes conciliar el sueño, estás excitado, con palpitaciones.
Tenía que tomar una pastilla", ha explicado.
Tras años de ruido, el matrimonio ha optado por ponerse en manos de un despacho de abogados, hasta llegar a juicio. "Nunca hubiera querido verme en una sala de juicios.
Desconozco el porqué de su actitud, lo desconozco, yo a él no le he hecho nunca nada", ha añadido.
El acusado alega sordera
El abogado de la familia, Alberto Martínez, ha afirmado que el acusado, un médico de 64 años, podría ingresar en prisión. Las sonometrías realizadas por la Policía Municipal para recoger el volumen que partía del domicilio a diferentes horas del día y de la noche muestran valores por encima de la ordenanza municipal.
En el piso del demandado se recogió un valor de 88,8 decibelios, cuando el máximo es de 40.
El abogado ha explicado que el acusado ha alegado a lo largo de estos años que padecía sordera. "Pero en modo alguno exigía que debía tener los niveles que se acreditaron.
Alguien decía que grababa programas de televisión cuando no estaba en casa, y que dejaba encendida la televisión por cuestión de seguridad", ha añadido el abogado.
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