Miguel Grima, alcalde popular de la localidad altoaragonesa de Fago, fue hallado muerto junto a la carretera que une esta localidad con la N-240, cerca del núcleo de Majones, a siete kilómetros de su domicilio. Su cadáver presentaba varios impactos de proyectil en el pecho producidos por arma de fuego. Al parecer, fue atacado en una emboscada cuando regresaba a su domicilio tras asistir a una reunión de la mancomunidad de Jaca.
Su mujer alertó en la mañana a la Guardia Civil de Ansó sobre su desaparición al comprobar que no había regresado a dormir. Desde primeras horas se desplegó un dispositivo de búsqueda en el que, además de los agentes, colaboraron concejales de varias localidades de la comarca.
El cadáver de Grima fue encontrado poco después de las dos de la tarde por el presidente de la mancomunidad, Alfredo Terrén Zaborras. Aunque se encontraba a dos metros del arcén, el cuerpo no era visible desde la calzada, por donde habían pasado con anterioridad los motoristas de la Guardia Civil sin advertir su presencia.
Terrén explicó que, para encontrarlo, "había que llegar andando".
y acusado del asesinato del 'alcalde de Fago', Miguel Grima (Agencia:EFE)
El cuerpo presentaba tres o cuatro impactos de proyectil y, según personas que vieron el cadáver, estas heridas son compatibles con un disparo de postas realizado a media distancia.
Testigos que acudieron al lugar de los hechos manifestaron que en el firme de la carretera había manchas de sangre que indicaban que el cuerpo había sido arrastrado hasta el arcén.
Además había señales en la calzada que hacen sospechar que el agresor o agresores habían colocado bloques de piedra en el camino para obligar a la víctima a detener el vehículo, momento en el que habría sido tiroteado.
El coche no se encontraba en el lugar de los hechos y no había sido localizado Sin embargo, fuentes oficiales señalaron que había sido visto en una pista forestal a varios kilómetros de distancia.
Enrique Barcos declaró que, antes del día de autos, Miguel Grima le había comentado que los opositores le estaban 'preparando algo' y opinó que el primer edil asesinado tenía 'un sexto sentido' para advertir los movimientos de sus detractores en función de las 'reacciones' de estos en la vida cotidiana del municipio.
El actual alcalde fagotano dijo que 'éramos amigos' --él y Grima--, por lo que conocía sus costumbres, entre las que destacó la de ser precavido y cauteloso 'en muchos aspectos', incluso 'como rutina', a raíz de las sucesivas disputas con varios residentes en Fago.
Barcos mencionó, a preguntas del abogado de la acusación particular, Enrique Trebolle, la manipulación intencionada de los frenos de las furgoneta, a partir de lo cual Grima comenzó a guardar su vehículo Mercedes y su furgoneta en el garaje. Enrique Barcos 'nunca' vio que Grima dejara el coche en la calle y con las llaves puestas.
La Guardia Civil tomó muestras de ADN de Barcos en el vehículo que conducía Grima en el momento del asesinato. De Miguel Grima, Enrique Barcos expresó que se preocupaba 'demasiado' por 'defender los intereses de Fago' en 'el exterior', es decir, en la comarca y en la Mancomunidad de los Valles. En cualquier caso, 'él se limitaba a llevar a cabo las decisiones' que el Concejo Abierto tomaba, recalcó.
Enrique Barcos se enteró de la muerte de Grima 'por teléfono', ya que le informó un amigo suyo que participaba en la búsqueda del cadáver. La reunión de alcaldes a la que acudió Grima en Jaca en el día de autos era 'vox populi', ya que este tipo de encuentros políticos se difunden a través de los medios de comunicación locales.
El actual alcalde de Fago dijo del ganadero y guarda forestal Santiago Mainar que nunca le vio asistir a ningún pleno del Ayuntamiento para interesarse 'por nada' y añadió que, en los años que lleva viviendo en el pueblo, nunca le ha visto hacer nada.
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