La zona exótica: Las Islas Seychelles

Las Islas Seychelles, donde casi la mitad de la masa de la tierra está protegida como reservas naturales, es el hogar de dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Aldabra y el Valle de Mai en Praslin) y de algunas de las más espectaculares colonias de aves marinas así como de 13 especies y 17 subespecies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Entre las especies más raras que habitan en las Islas podemos encontrar a el: Seychelles Scops Owl, el Magpie Robin, el Paradis Flicatcher, el Seychelles Warbler, el Black Parrot, el White-throated rail y el Seychelles White Eye.
Habitadas desde hace 250 años, todavía las Islas Seychelles se conservan en estado puro, su primitiva belleza de exuberante vegetación y bloques graníticos así como sus antiguas colinas alegran la grandeza de un Océano azul zafiro. Uno de los pocos lugares que quedan en el planeta donde se puede redescubrir nuestros orígenes y la libertad de vagar libremente.
Finalmente, hay un lugar donde aún puedes seguir las huellas de los antiguos marineros y contemplar como ellos la impresionante exquisitez de estas islas.
Un lugar para sentir las mismas sensaciones de los primeros exploradores, recorriendo impresionantes bloques graníticos para encontrar una espectacular flora y fauna y una sensación de tranquilidad y calma que rivalizan con el mismo Jardín del Edén.
Verdaderamente, las Islas Seychelles son un santuario, no solo para algunas de las formas de vida más extrañas de la tierra sino también para los modernos viajeros cansados de la monotonía de las vacaciones en otros lugares.
De entre todas estas apartadas islas, nos espera una experiencia de una vida que se reafirma en la armonía y la calurosa bienvenida de la sociedad multiétnica de Seychelles que aún vive unida a sus raíces.
Con un conjunto de hoteles de lujo con un nivel de servicio y un confort difícil de igualar, junto con un creciente número de pequeños hoteles más asequibles, guest houses y selft catering donde no solo el sabor de la fina cocina sino también el auténtico estilo de vida criolla le invitan a embarcar en un viaje que nunca olvidará.
Un viaje que le ofrecerá extraordinarias experiencias para una estancia romántica, donde poder practicar el submarinismo, la pesca, la vela o hacer trekking así como la oportunidad de convertirse en una parte de la vibrante cultura criolla.





































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