Que con el pan no se juega, ya lo sabiamos. Pero que con el pan tambien se hagan zapatos, no. Lo cierto es que estos, pueden ir, directamente a la boca. O directamente al pie. Puesto que son comestibles.
Es el comprador el que decide. Los padres del invento han sido unos gemelos Lituanos. Y la cosa no se ha quedado en el invento. Sino en comercializarlos bajo la firma R&E Praspaliauskas.
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