Osteogénesis Imperfecta
Sufrir fracturas sin causa aparente o debido a impactos no muy fuertes es el principal síntoma de esta enfermedad, misma que se presenta desde el nacimiento y que afecta el crecimiento de los niños que la padecen. Descubra los tratamientos con que se le hace frente y cómo reducir su efecto en la dinámica familiar.
Correr, brincar, patear la pelota, sufrir un tropiezo y dar o recibir jalones en los juegos mecánicos son algunos de los hechos más comunes a los que se expone todo niño o niña mientras convive con sus amigos, primos o hermanos, y por tal motivo se encuentra expuesto a sufrir alguno que otro accidente.
Sin embargo, aunque la mayoría de los golpes o resbalones no pasan de ocasionar susto pasajero y con el tiempo se convierten en anécdotas, algunos infantes no tienen la posibilidad de entretenerse de esta manera y su capacidad de adquirir habilidades se encuentra restringida, pues su sistema óseo es débil y pudiera tener daño considerable sólo con un impacto moderado.
De acuerdo con algunas estimaciones, la osteogénesis imperfecta se presenta en aproximadamente una de cada 15, 000 a 20,000 personas (en México deben existir unos 5,000 casos), a la vez que las formas más graves de la enfermedad, caracterizadas por deformidad ósea, músculos sin fuerza y fácil ruptura de huesos (hay niños que nacen con huesos rotos o sufren fracturas al interior del vientre), se presentan una vez cada 50,000 a 60,000 personas.
Riesgo latente
Asimismo, ante la falta de tan importante sustancia pueden presentarse otros problemas:
- Coloración azulada en la región blanca del ojo (esclerótica).
- Pérdida de la audición (ante todo cuando el paciente llega a la adolescencia o edad adulta).
- Baja estatura.
- Dientes descoloridos y débiles.
- Deformidades esqueléticas en las extremidades, pecho y cráneo.
- Curvatura de la espina dorsal (escoliosis).
- Dificultad para respirar.
- Debilidad muscular.
- Sudoración excesiva.
- Estreñimiento.
- Tendencia a presentar moretones con facilidad.
- Articulaciones y ligamentos muy flexibles.
I (leve). Compatible con una expectativa normal de vida. Las fracturas se inician generalmente después del nacimiento, y aunque cesan durante la adolescencia, pueden recurrir con la inactividad y, en mujeres, en el climaterio o menopausia.
Es común que presenten pérdida de audición.
II (letal). La mayoría de las personas afectadas, aunque no todas, mueren en etapas tempranas de la niñez.
Pueden existir deformaciones permanente de las extremidades, incapacidad física por aplastamiento de la columna vertebral o daño cerebral por fracturas en el cráneo.
III (deformación progresiva). Es un poco menos grave que la anterior, pero reduce la expectativa de vida.
Estos pacientes son los que necesitan con mayor frecuencia de correcciones ortopédicas, en particular para tratar de corregir las deformaciones en la columna.
La longevidad está limitada a las deformaciones torácicas y ocurrencia de repetidas neumonías.
IV (moderadamente severa). Se le puede considerar como un tipo intermedio entre el I y el III.
Es compatible con una expectativa de vida normal, y en ellos es más frecuente la pérdida de audición.
Se subdivide en dos grupos: IVa, cuando se tienen dientes normales, y IVb, en caso de existir malformaciones odontológicos.
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El diagnóstico del padecimiento suele realizarse en dos etapas. La primera se basa en tres recursos básicos: examen físico para confirmar la presencia de fracturas, deformidades y otros síntomas; radiografías que puedan mostrar el estado de los huesos, y elaboración de historial clínico.
Sobre este último, cabe señalar que, debido al desafortunado aumento de violencia en el hogar, es común que el pediatra u ortopedista pediátrico realice preguntas respecto a posible maltrato del chico.
Los padres deben estar preparados para esta situación, y deben comprender que las preguntas del galeno no son para generarles molestia, sino que están encaminadas a saber qué le ocurre al menor.
Cuando esta proteína es escasa, revela la presencia de osteogénesis imperfecta tipo I; en cambio, si la sustancia está presente, pero alterada, es evidencia de las de tipo II, III y IV.
Es de vital importancia que los padres comprendan que ellos no hicieron nada durante la concepción o el embarazo, y que la condición de su hijo no es reflejo de algún problema en su relación o “castigo divino”.
En cambio, deben saber que cuando madre y padre unen su sesfuerzos, es más sencillo crear un panorama favorable para su hijo.
Para comprender mejor el problema que enfrentan, resolver dudas y saber cómo actuar ante imprevistos, es aconsejable que los progenitores cuenten con la opinión de uno o más médicos con conocimiento en la materia.
Por ello, no deben dudar en consultar a algún genetista (especialista en problemas relacionados con mutaciones y herencia genética), osteólogo (da tratamiento a enfermedades en huesos y aprovechamiento de minerales), traumatólogo (atiende fracturas y su rehabilitación), ortopedista infantil (corrige defectos formativos en el sistema óseo) o kinesiólogo (brinda rehabilitación física).
La cura definitiva de la osteogénesis imperfecta es todavía una asignatura pendiente de la Medicina, aunque podemos señalar que existen medidas terapéuticas básicas encaminadas a mejorar la calidad de vida del paciente:
- Practicar ejercicio, bajo supervisión de un especialista en rehabilitación física (kinesiólogo), es un punto clave para ayudar a optimizar la fortaleza ósea y muscular. Ejercicios especiales y natación son excelentes para estos chicos.
- Es importante seguir una buena alimentación, rica en nutrientes que beneficien a huesos y músculos (calcio, fósforo, magnesio, zinc y vitaminas C y D), a fin de favorecer su desarrollo.
- Resulta común echar mano a recursos quirúrgicos, como la colocación de varillas metálicas en los huesos de las extremidades, a fin de prevenir deformidades.
- Asimismo, puede ser necesario el uso de aparatos ortopédicos que ayuden a que los pequeños puedan caminar o desplazarse (en algunos casos será necesario el uso de silla de ruedas).
- En cuanto a medicamentos, se ha comprobado que la administración de fármacos empleados en osteoporosis (bifosfonatos) ha dado buenos resultados en cuanto a que mejora la salud del esqueleto y reduce el riesgo de fracturas.
- Otros recursos que se estudian actualmente son el trasplante de médula ósea, el uso de hormona del crecimiento y la terapia génica (reemplazo de genes dañados por otros sanos). Todos ellos se encuentran en fase experimental, pero es probable que se acepte su uso en un futuro cercano.
- También será necesario que los padres y familiares mayores aprendan a dar primeros auxilios en caso de fractura. Su atención oportuna reduce el riesgo de sufrir deformidades.
Es verdad que los progenitores pueden sufrir un fuerte impacto al saber que su hijo padece este problema, que en ocasiones es discapacitante, y por tal motivo no deben avergonzarse por expresar su desconcierto y tristeza al conocer la noticia con familiares, amigos y médicos, ya que esto les permitirá dar el primer paso para aceptar la condición de su hijo.
Por ello, debemos resaltar la importancia de que los familiares del pequeño se informen y conozcan más acerca de la enfermedad.
Los médicos que tratan el problema pueden asesorarlos con sus conocimientos, u orientar sobre algunos libros o reportes que sería conveniente que leyeran.
Además, pueden aconsejar sobre la conveniencia de acudir a consulta con un psicólogo o trabajador social, el cual les ayude a solucionar los problemas emocionales o de conducta que pudieran surgir.
Stacey Herald (33) con apenas 73 centímetros, es la mujer más pequeña del mundo, y pese a que los médicos le dijeron que no podría tener hijos, tuvo dos saludables niñas y ahora va por su tercer bebé.
La razón por la que los pronósticos médicos no daban esperanza a un embarazo de Herald, es porque ella padece osteogénesis imperfecta, una enfermedad congénita, conocida como la enfermedad de los huesos de cristal.
El aborto fue el consejo que le dieron cuando quedó embarazada por primera vez, ya que debido al tamaño de su torso el bebé aplastaría sus pulmones y su corazón, le advirtieron los galenos según refiere Infobae.
Stacey está consciente de los riesgos, pero como en las dos anteriores oportunidades está dispuesta a afrontar el reto de ser madre una vez más, aunque ha confesado que no es éste no es un bebé planeado.
"Sólo queríamos dos chicos, de todas formas pensamos que los hijos son un regalo hermoso, y cuando veo a mis nenas veo vida y me lleno de amor", relató la gestante.
"Es un milagro que yo haya sobrevivido a los dos partos anteriores, ¿por qué no pensar que también puedo sobrevivir a este que se viene?", agregó.
La primera hija la tuvo en 2006, la segunda el año pasado y ahora solo 18 meses después de su último parto, la mujer quedó nuevamente embarazada.
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recontra xvr toda la info y la manera en como lo relata
ResponderEliminarwaoooo y yo soy perfecto y estoy malograndome
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