Los cadáveres han sido encontrados, con similares características, en las provincias amazónicas del sur ecuatoriano, Morona Santiago y Pastaza, donde aún se asientan tribus nativas que practicaban un ritual para reducir las cabezas de sus enemigos, que después exhibían como trofeos de guerra.
Las tribus Ashuar y Shuar, con las mismas raíces, son las más conocidas por esta práctica ancestral que era parte de un ritual de guerra. Muchas de las 'tzansas' humanas se exhiben en museos como parte de la historia del país.
Un ritual de guerra
Según datos históricos, los nativos cortaban la cabeza a la altura del cuello y con mucha técnica desprendían la piel del cráneo y rostro.
Se mantenía la cabellera y se desechaba las partes blandas como los ojos. Posteriormente la hervían con hierbas para encogerla y luego, rellena de arena, la secaban por varios días.
La piel, con la forma del rostro, se transformaba en una funda del tamaño de un puño, se cosía la boca y los ojos y se la protegía con aceites y hierbas para evitar su putrefacción, quedando con la apariencia de un cuero firme de color obscuro.
"Las muertes de las seis personas podrían ser parte de un peligroso mercado internacional para vender 'tzansas' originales, cuyo precio puede alcanzar los 20.000 dólares (unos 13.400 euros), pero no tenemos nada confirmado", señaló una fuente que pidió no ser identificada.
Las 'tzansas', hoy de cabeza de mono
La demanda de 'tzansas' como productos artesanales y ancestrales indígenas se satisface actualmente con cabezas de monos, señaló.
Sin embargo el prefecto de la provincia de Morona, Felipe Chumpi Jimpikit, perteneciente a la tribu Ashuar, dijo a El Mundo que la reducción de la cabezas, especialmente del mono perezoso (uyush en lengua nativa), que según sus creencias era un hombre que se convirtió en mono como castigo por su pereza, es una práctica muy rigurosa de respeto y gran significado para la comunidad.
"El mono para nosotros es un ser humano y por lo tanto no puede ser asesinado y su cabeza reducida sólo para hacer dinero. Decir eso es estar muy equivocado porque según nuestra creencia el espíritu de un mono, asesinado por esas causas, podría exterminar a toda una familia", apostilló.
Un ritual muy significativo
El representante indígena relató que para sus antepasados el ritual para reducir cabezas era extremadamente significativo. "Era ganar, capturar el espíritu del enemigo para hacerse más fuerte".
"No cualquiera era sometido a la reducción, tenía que ser un guerrero, un valeroso hombre, tenía que ser un uwishin (brujo) y su cabeza era exhibida para que la tribu o la familia conozca que el enemigo ya no volvería a acechar con su mal", aclaró.
El jefe guerrero Ancuash, que lideraba a los Ashuar, fue el último en ser sometido al ritual de la 'tzansa' en el año 1941, como una ofrenda tribal para poner fin al exterminio del que eran víctimas por parte de los militares y el Estado. "Su cuñado tuvo que entregarlo y reducir su cabeza como símbolo para lograr la paz" relató el Prefecto Chumpi.
En la historia Shaur, pueblo compuesto actualmente por 65.000 indígenas, se recuerda que durante los años 20 y 30 del siglo XX, los antropólogos y aventureros transgredieron las costumbres de su pueblo para comercializar las cabezas.
Por eso Chumpi no descarta que personas que buscan lo 'ultra salvaje' o interesadas en conocer la técnica de la reducción de cabezas estén involucradas en los referidos asesinatos.
"Esto sería un delito común, una violación a los derechos humanos que yo, como autoridad de la provincia, condeno y rechazo y de encontrarse algún responsable de las comunidades Shuar o Ashuar, serán juzgados mediante la ley indígena", puntualizó el funcionario.
espectacular e increible
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