No le tengo miedo al diablo. Siempre le vencí. Ante Dios, siempre está condenado a perder». José Donsión, párroco del santuario de Nosa Señora do Corpiño (Lalín), pasa por ser uno de los exorcistas más reputados de Galicia.
Sus 38 años de lucha contra Satanás avalan al sacerdote que cura el meigallo (embrujamiento). Pero también libera de la gota, del mal de ojo y de todo tipo de posesiones diabólicas o de dominaciones de espíritus difuntos.
Fácil descubrirlos, pero muy difícil curarlos. Porque, como dice el cura, «los demonios escapan del agua bendita y de la cruz, pero los espíritus que se meten en los cuerpos no tienen miedo ni a Dios ni a los santos y son más difíciles de echar».
Cuentan en O Corpiño que Donsión lleva más de cinco años intentando echar del cuerpo de una mujer al espíritu de un hombre que fue degollado y enterrado bajo las raíces de un pino y al lado de un río. Y todavía no lo ha conseguido.
A pesar de llevar toda una vida entre espíritus de difuntos y diablos, José Donsión no pierde su calma de cura de pueblo amable y dicharachero. Y entre exorcismo y exorcismo, tiene tiempo para tocar las gaitas que él mismo fabrica. Hasta ha compuesto una alborada para su virgen milagreira. Milagros con ritual que los fieles realizan con profunda devoción en su santuario.
Concluida la misa, los fieles tienen que pasar tres veces de rodillas (salud, dinero y amor) por debajo de la talla de la Virgen, que se encuentra en la sacristía. O las veces que quieran. Pero siempre en número impar. Las rondas pares, como sabe todo el mundo en O Corpiño, se anulan y gafan el milagro.
Más:
EXORCISMO EN GALICIA (PARTE 1)
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