Millvina Dean era la única de las supervivientes de la mayor catástrofe marina de la historia, que todavía estaba viva. Lamentablemente hace unos meses, la luz de la vida de Millvina se apagó para siempre.
Hoy el marido de Millvina, Bruno Nordmanis, ha cumplido con el último deseo de esa mujer tan encantadora, que no era otra cosa que lanzar sus cenizas al mar el día que muriera, y no a cualquier mar, sino al agua del Puerto de Southampton en Inglaterra, desde donde un 15 de abril de 1912, ella se embarcó en el barco más famoso de la historia de la humanidad, cuando solo contaba unas semanas de vida.
Millvina fue una de las 706 personas supervivientes de la catástrofe, por un total de 1517 víctimas mortales. La familia Dean cogió el barco aquel día, para empezar una nueva vida como comentó la misma Millvina, ya que sus intenciones eran las de abrir una tienda de tabaco en Estados Unidos, para desahogar la maltrecha economía familiar que tenían. Por cierto que Millvina era la única persona de entre todos los supervivientes de la catástrofe, que hasta hace solo unos meses continuaba con vida, el resto ya habían fallecido con el paso de los años.
Aquel día viajaban en el barco la familia Dean al completo y todos lograron salvar sus vidas, exceptuando el padre de Millvina, que murió ahogado en el mar. Lamentablemente la vida de la familia Dean cambiaría para siempre y no como ellos hubieran deseado. La familia al completo volvieron a Southampton y el sueño americano se fue al traste…
La propia Millvina reconoció en su día que “no recuerdo absolutamente nada de lo que pasó aquel día”, también dijo “si el Titanic no se hubiera hundido, yo ahora sería una ciudadana norteamericana”.
Millvina reconoció también que nunca vio la película de James Cameron Titanic, pero tampoco negó que en cierto modo utilizó lo del accidente para ir contando la historia a todo el mundo, no por dinero, sino porque disfrutaba viendo como la gente se quedaba con la boca abierta.
En los últimos tiempos, Millvina Dean fue internada en una residencia de ancianos en Inglaterra, y por ello y para poder costear dicha permanencia en la residencia, tuvo que subastar varios objetos de valor sobre el Titanic, para poder pagar las costosas facturas de la susodicha residencia de ancianos…
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Ta kobieta dużo pszeszła i nadal jest w naszej Pamięci Jestem Honorowa oddaję jej cześć ku jej życiu po zatopieniu tytanica
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