La zona Roja : EL ROBOT QUE NAVEGA POR LA COLUMNA VERTEBRAL



El profesor Moshe Shoham (54 años) se siente privilegiado. Como director de los laboratorios de Robótica en el Instituto Politécnico de la ciudad israelí de Haifa -conocido como Tejnion- sabe que puede intentar "mirar lejos, en dirección a ciencia ficción".


El sistema funcionará con dos colas, una de las cuales dará la propulsión, la fuerza de avanzar.

En los cinco años transcurridos desde que incursionó por primera vez en el área de la robótica médica, su laboratorio ya se ha ganado un lugar destacado en dicha área a nivel mundial.

El Profesor Moshe Shoham dice que una de las ventajas del robot será la reducción de daños colaterales alrededor del lugar tratado.

Ahora se abre un nuevo camino al completarse el desarrollo del mecanismo que permitirá a un diminuto robot navegar por el líquido de la columna vertebral.
Su funcionamiento ya ha sido confirmado y la próxima etapa -que llevará todavía unos años- es terminar de desarrollar el robot en sí, que también nacerá en los laboratorios del Tejnion.
Todo junto -el robot y el sistema que le permitirá navegar por el líquido lumbar- tendrán tan solo 2 milímetros de diámetro y 15 mm de largo, algo de por sí novedoso.



Ello permitirá que sea introducido al cuerpo -ya una novedad- casi sin riesgos colaterales.
"Lo que tenemos es un modelo básico que ha demostrado poder navegar en el líquido de la columna vertebral".
"Será activado electrónicamente sin conexión alguna con nada fuera del cuerpo", cuenta el Profesor Shoham a la BBC.



"El sistema funcionará con dos colas, una de las cuales dará la propulsión, la fuerza de avanzar. Controlando esas colas puedo guiar al robot, hacia la derecha o la izquierda. El control se hará desde afuera".
Preguntamos a este científico israelí si el objetivo de utilizar un sistema tan poco común, será ayudar desde adentro a diagnosticar o también tratar una dolencia determinada en la columna.
El profesor Moshe Shoham aclara que también podría servir, por ejemplo, para una biopsia o para aplicar medicamentos en puntos muy determinados.



"Una de las grandes ventajas es la reducción al mínimo de la posibilidad de daños colaterales, alrededor del lugar tratado. Pero también poder llegar a lugares a los que hasta ahora se puede acceder únicamente mediante grandes operaciones".
El robot en cuestión tiene de hecho un hermano mayor que ya está en uso desde hace unos años: un robot mucho más grande (del tamaño de una lata de bebida), que no es introducido al cuerpo pero que se usa desde afuera, para operaciones de columna vertebral.
Ese robot guía al cirujano y le permite llegar con sus instrumentos con máxima precisión a un punto determinado, por ejemplo, entre dos vértebras, mejor de lo que podría hacerlo una mano humana.



Ideas en lista de espera

Shoham ya está acostumbrado a sus proyectos, pero no se olvida de soñar. Al preguntarle la BBC si tiene alguna idea "loca" que quisiera poner en práctica, responde.
"Siempre. Creo que también quisiera sofisticar más el robot diminuto del que estoy hablando y reducirlo más todavía para otras aplicaciones.
"Quisiera llegar a una situación en la que pueda haber robots tan diminutos que podamos dejarlos dentro del cuerpo".
"La intención es que sirvan de guardianes, para ver cómo funciona algo determinado y alertar si algo cambia".
"Robots que puedan estar dentro del cuerpo durante años y años y en un momento determinado, cuando hay un problema, avisar", dijo el profesor a la BBC.



Como un filme de ciencia ficción

El Profesor Shoham cuenta sobre lo que se hace en su laboratorio y admite sentirse a veces en un filme de ciencia ficción.
Pero no cree que nada de esto tenga que ver con esas películas en los que los robots toman control del planeta.
"Creo que estamos tan lejos de llegar a ese punto, que no parece que lo veamos en nuestra generación, en absoluto"
"Estamos muy lejos de comprender totalmente el alma humana, así que creo que aunque los robots son buenos y funcionan estamos a años luz del momento en que los robots puedan controlarnos a nosotros", afirmó Shoham.



Por lo pronto el hombre intenta enseñar al robot a pensar por si mismo, o mejor dicho, a decidir qué hacer en ciertas situaciones, utilizando diversos instrumentos.
"Pero eso aún está muy lejos de competir con la inteligencia humana", dijo este científico del Tejnion.
"Sé que hay computadoras que juegan ajedrez y le ganan al ser humano, pero les falta la chispa que tiene el hombre", concluyó.
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