LA ZONA CEREBRO : MORFOPSICOLOGÍA

La Morfopsicología es una ciencia clínica, humana, que estudia de manera muy precisa, el carácter, el modo de conocer y comprender a las personas, sus actitudes y aptitudes por medio de la observación del rostro y los elementos que lo componen. Se basa en un paciente trabajo de observación que de manera sintética cubre tres campos: la biología, la fisiología y la psicología.

Debe recordarse que no hay ningún ser sin cuerpo, que el cuerpo expresa pues nuestra vitalidad, que el cuerpo se acuerda de todo, que retiene las huellas del pasado y a veces las promesas del porvenir… Así las heridas del cuerpo expresan un trabajo de duelo inacabado, una renuncia insegura que permite abordar nuevos proyectos… Sin embargo, como la ostra que en su herida es portadora de una perla, el ser, por su cruz, camina hacia la salvación. Dicho esto, el cuerpo no es más que un aspecto de la realidad, la Morfopsicología es pues una herramienta rica pero limitada, como todas las herramientas.

El primer mensaje que quisiera transmitirles es que la Morfopsicología fue creada por el Doctor Corman, psiquiatra infantil, y que el lema de la SFM, sociedad que creó para impartir sus enseñanzas, es: “comprender y no juzgar”. Así pues la Morfopsicología es una herramienta de desarrollo personal y no una herramienta de exclusión, no permitirá nunca conocer nuestros secretos más íntimos. Hay que racionalizar nuestros miedos hacia esta disciplina. La Morfopsicología nos permite conocer nuestras motivaciones, situarnos en un nivel superior, en un conflicto, situarnos a un meta-nivel para no tomar la comunicación con el otro de manera superficial.

Louis Corman

El segundo mensaje es que el rostro, al contener la casi totalidad de los órganos de los sentidos, tiene un significado y revela el funcionamiento del ser y sus intercambios con el mundo exterior. Cuerpo y espíritu, fisiología y psicología están animadas por la misma fuerza, desde un punto de vista espiritualista podríamos decir que es como si el individuo se precediera a sí mismo, como si la totalidad de la información se encontrara codificada, de manera cuantitativamente igual, en la parte, según la teoría de los fractales. De esta manera, el rostro nos permite descubrir nuestro interior, nuestros talentos ocultos, las imágenes de los dioses del Olimpo que nos animan, conduciéndonos hacia un excelente comportamiento si tomamos conciencia de ello o hacia repetidos fracasos si los deseos que nos motivan permanecen en el inconsciente. Esta toma de conciencia se ve favorecida por el hecho de que, a lo largo de nuestra vida, las elecciones son repetitivas y están dictadas por nuestra estructura profunda. El destino no es, en efecto, más que la forma que toman nuestros deseos. Además por la biología sabemos que la forma de cualquier ser vivo, es la consecuencia de la información que le anima.


El tercer mensaje se refiere a que la imagen que nos hacemos del otro nos proporciona un mensaje. Experiencias recientes sobre el estrés subrayan el hecho de que delante de un desconocido, nos preparamos para atacar o para huir y que este tipo de reacción está gravada en nuestro cerebro desde tiempos inmemorables. El rostro es un conjunto de huesos, músculos, nervios y piel. Es la puerta de salida de nuestro cerebro y de nuestra interioridad, de nuestras emociones y de nuestros mecanismos de racionalización. Pero ¿cómo interpretarla, como esta forma, “esta gestalt”, puede tener sentido? Distinguimos cinco grandes conjuntos significativos, cinco partes a las que atribuiremos un significado: Esquema 1: la descripción del rostro:

El Marco o esqueleto nos informa de la potencia de la persona (de la fuerza en reposo); pero esa potencia puede estar activada o no.

El Tono que es como la gasolina para un motor o la electricidad para un motor eléctrico, nos informa si la fuerza está activada, si hay un exceso de corriente, si está activada (corriente adecuada) o si está desactivada (poca corriente eléctrica).


El Modelado del rostro, nos indica el grado de socialización y adaptación del sujeto, y cual es su actitud ante la vida, intransigencia o adaptación.
Los Sentidos (ojos, nariz y boca) nos informan si somos introvertidos o extrovertidos, la capacidad de concentración, de observación, y si malgastamos las fuerzas o las controlamos.

Seguidamente el rostro nos informa, en sus tres zonas, de cómo son nuestros tres cerebros (primitivo-instintivo o reptil, emocional o neo-primitivo y el moderno pensante) y vemos el que domina o si hay grado de armonía entre los tres: en estas tres zonas veremos las competencias o capacidades preponderantes y puntos “perfectibles” o menos desarrollados.
  • La Zona baja (boca, mandíbula y mentón), corresponde metafóricamente, al funcionamiento del sistema nervioso reptil que está unido al centro del encéfalo, el cerebro reptil, vinculado al sistema nervioso endocrino, es el centro de los instintos primordiales. A través de su receptor comunica con el sistema digestivo y reproductivo que están estrechamente unidos. De esta manera, en la zona inferior, localizamos la fuerza de los impulsos, es decir, el anclaje con lo real y la ambición de realizarse.
  • La Zona media está constituida por la masa facial (hueso maxilar superior) pómulos, y por la anchura y profundidad de la nariz. Esta zona, en los mamíferos, corresponde metafóricamente al desarrollo del sistema límbico (alrededor del precedente, el cerebro límbico o inframamaliano, vinculado al sistema vegetativo es el centro de las emociones y afectos). Esta zona comunica a través de sus receptores con el sistema respiratorio y olfativo que condicionan la expresión de las emociones.
  • La Zona superior está formada por la frente que es la parte anterior de la caja craniana. Esta zona nos da información sobre la vida mental.
De esta manera, el rostro es el resumen del cuerpo. Sus tres zonas representan las tres grandes funciones biológicas de digestión, respiración y cerebralización, que, por predominancia, nos orientan, a tres tipos de temperamentos (digestivo, respiratorio y cerebral) y tres formas de inteligencia (concreta, relacional y abstracta).

No obstante, no se trata de correlación sino de simultaneidad de fuerzas y funciones. En resumen, no existe relación simple entre la forma y la función ya que habrá que observar si la dominancia es cualitativa o cuantitativa, dependiendo del modelado y la vivacidad del receptor situado en esta zona, así como de la armonía de las tres zonas.

El morfopsicólogo está capacitado para ver nuestras tendencias y competencias naturales y los puntos perfectibles, siendo una ciencia pluridisciplinar para orientar hacia los estudios y profesiones donde la persona desarrollará al máximo sus capacidades y competencias, en el campo de la orientación profesional; en la mediación de conflictos, como herramienta para la detección y orientación de problemas estructurales de la personalidad, conflictos relacionales padres-hijos, asesoramiento pre-conyugal, problemas y conflictos de pareja; como coach, en la evaluación, configuración y cohesión de equipos de trabajo y competitivos, en la identificación de talentos dentro y fuera de la empresa. Al ser un conocimiento integral de la persona éste, se convierte en una herramienta pluridisciplinar para identificar el consciente e inconsciente de las personas y para orientarlas en este mundo cada vez más complejo. Igualmente para diagnosticar psicopatologías y para avizorar tendencias del individuo y orientarle en lo que debe hacer para erradicar los trastornos que le causan su estructura o cómo mejorarlos.

Hasta ahora, la Morfopsicología había sido cuestionada porque decían que era poco científica y porque era difícil someterla al método estadístico y es cierto puesto que, como he dicho más arriba, no es una ciencia matemática, pero es que lo humano, afortunadamente, no es matemático, es infinito, y por ello se deben conocer las reglas o principios que lo animan, aunque el rostro no es un rasgo o una suma de rasgos, es una composición que interactúa sincrónicamente en cada uno de nosotros con matices diferentes. En mi libro El Rostro y la Personalidad 4ª Edición demuestro las conexiones entre cerebro, rostro y conducta.

Esta concepción negativa que la psicología oficialista y tradicional tiene de la Morfopsicología se debe a que, tanto la medicina occidental como la psicología, se inspiran en el principio filosófico de Descartes, el cual sostiene que cuerpo y alma (cuerpo y mente) son diferentes y la Morfopsicología, está inspirada en la filosofía de Spinoza para quien cuerpo y mente (cuerpo y alma) forman una única realidad.

No es la psicología tradicional, algo acomplejada, la que está confirmando las leyes, fundamentos y estudios empíricos de la Morfopsicología, es la moderna neurociencia y neuroimagen las que están dando unas conclusiones irrefutables de la validez de la Morfopsicología, y ello la hace una herramienta trascendente en el autoconocimiento, diagnóstico y consejo para todo lo relacionado con lo humano, convirtiéndola en un conocimiento aplicado pluridisciplinar.

En tiempos recientes, la gente vivía sin sentir la necesidad de la psicología, se casaba, tenía hijos, y sobre todo, vivía según las convenciones sociales.
La introducción del divorcio en la sociedad actual ha representado un terremoto del cual no hemos valorado los efectos, todas las seguridades interiores se han derrumbado: ahora una pareja permanece unida si lo desea.


En consecuencia, muchas familias se dividen y los hijos crecen en estructuras donde puede faltar el equilibrio. Además, nuestra época tiene otra característica todavía más particular: hace no más de un siglo eran los padres los que elegían la escuela para sus hijos, la profesión, el consorte: el individuo estaba resuelto a ser prisionero del cuerpo.

En el trabajo, con la aparición de las empresas multinacionales y la economía global, el “patrono” tradicional está desapareciendo, con él, desaparece la seguridad, y por lo tanto aparece la inestabilidad y el miedo, ya que perdemos un valor referencial humano con el que podamos establecer una relación de confianza, de admiración o de fidelidad, necesaria para el equilibrio.

Vivimos una revolución radical: una parte de este precio es llegar a un mejor conocimiento de sí mismo. Se trata de una elaboración que considera la toma de conciencia de las propias debilidades a programar, por un lado, y por otro lado, de las fuerzas con las que podemos contar.

Por todos estos motivos, el conocimiento de la psicología es una necesidad fundamental de nuestra época.

No se puede poner en marcha una máquina sin conocer sus mecanismos, por lo cual no podemos seguir una dirección sin entender nuestro funcionamiento.

En este ámbito, la Morfopsicología es una disciplina que permite hacer visible la huella de la “psyche” en el ser y pone el estudio al alcance de todos. Al contrario, la psicología oficial puede resultar, algunas veces, abstracta.


A continuación se incluye una tabla de cómo hacer un estudio;

Signos morfopsicológicos
Signos psicológicos

Impresión intuitiva
¿Qué significado tiene esta cara para mi?
¿Qué estructuras psicológicas la animan?
¿Qué arquetipos tendrá que integrar para individualizarse?

Dominante

Marco
Potencial de fuerza inconsciente
Necesidades innatas
De cara: ancho, Dilatado Extremo
Resistente, ganas de vivir, hiposensibilidad
De cara: estrecho, Retraído Extremo
Fatigable, gestión de vida, hipersensibilidad
Esténico, ángulos netos
Reserva de energía, vitalidad
Asténico, angulos difuminados
Energía débil, receptividad
De perfil: proyectado, Retraído Lateral
Dinamismo, primario
De perfil: erguido, Retraido Frontal
Reflexión, secundario
Dinámicamarco-modelado
Esfuerzo de adaptación pre-consciente
Socialización, madurez
Forma: Redondo, dilatado
Permeabilidad de la infancia
Ondulado tipo mixto flexible
Flexibilidad femenina, madurez
Retraído abollado, tipo mixto acusado
Tensión masculina, madurez
Plano, Retracción
Defensa de la vejez
Estenicidad, tenso
Gusto por los retos
Astenia, relajado
Sentido de la participación
Diferenciación
Sentido de los matices, sensibilidad, emotividad
DinámicaMarco-Receptores
Intercambios conscientes
Grandeza, cantidad de intercambios
Avidez o selectividad
Carnoso, sensorialidad de los intercambios
Sensorialidad o cerebralidad
Protección, control de los intercambios
Espontaneidad o retroceso
Estenicidad, rapidez de los intercambios
Afirmación o espera
Diferenciación, calidad de los intercambios
Finura o rusticidad
Dinámica de los niveles
Motivación de base de la personalidad
Nivel dominante
Función dominante y comportamiento
Inferior
Sensación
Medio
Sentimiento
Superior
Pensamiento o Intuición
Nivel en retracción
Función individual de evolución
Dinámica de las hemicaras
Evolución del ser Expansión,rapidez de acceso a la función
Hemicara derecha enlazada al cerebro izquierdo
Auditiva, lógica, presente.
Hemicara izquierda enlazada al cerebro derecho
Visual, intuitiva, pasado
Dinámica cara-perfil

De cara
Ser exterior, máscara social
De perfil
Ser interior, alma inconsciente
¿Cual será la problemática de adaptación dominante, el proyecto de vida, la búsqueda del equilibrio?
Jerarquizaremos las dominantes de tipos patrón y los antagonismos a nivel del marco-modelado, marco-receptor, niveles y hemicaras para diagnosticar el temperamento.

Análisis

Nivel inferior

Cuello, Mandíbula
Deseo de realización
Barbilla (Mentón)
Deseo de afirmación
Nivel medio

Pómulos, Mejillas
Deseo de socialización
Nariz
Deseo de conquista
Espacio labio-nasal
Deseo de ternura
Nivel Superior
Cráneo
Apertura del campo de cosciencia
Frente
Orientación hacia lo concreto o lo abstracto
Sienes, Ojos
Orientación introvertida o extrovertida

El rostro y el cerebro
     
El rostro es funcional y estratégicamente un componente fundamental del organismo: primeramente es la zona donde se agrupan los vitales “instrumentos” de percepción y expresión: ojos, nariz, boca y orejas (receptores sensoriales). Son, como he dicho, la puerta de entrada y salida de nuestro interior y de los mecanismos de racionalización: percepción y expresión. Además es la única parte del cuerpo que mediante su armazón y sus receptores está en constante interacción con el medio. Sin las referencias visuales, olfativas, gustativas y auditivas que nos proporcionan seriamos más vulnerables e incluso podríamos morir.

En el rostro se focalizan, más que en cualquier otra parte del cuerpo, las interacciones organismo/medio.
La mayor parte de los nervios del sistema nervioso periférico (SNP) surgen de la médula espinal, pero hay 12 pares de excepciones: los doce pares de nervios craneales, que surgen del encéfalo.

Joseph LeDoux (1999), nos dice “los nervios que controlan los movimientos faciales y que hacen regresar las sensaciones desde los movimientos faciales al cerebro van directamente desde el cerebro al rostro, sin pasar por la médula espinal”, ello hace que las conexiones nerviosas sean más cortas, y por consiguiente, más rápidas en la transmisión del mensaje nervioso (eferentes-aferentes), debido a esa proximidad entre rostro y cerebro. Los mensajes que transmite el sistema nervioso son tratados a nivel del encéfalo. Además sabemos que las áreas corticales que reciben estos mensajes del rostro ocupan mucho lugar en relación al resto del cuerpo humano.

El rostro da información sobre nuestra identidad individual (sexo masculino o femenino, raza, juicios de edad –juventud y vejez- similitud, y estética) nuestras intenciones (hostil-amistosa), nuestros deseos y estados emocionales (temor, valentía, ira, enfado, asco, tristeza, alegría…). También a través de la mirada podemos saber si una persona está ausente o en situación de escucha en una reunión con más gente. Langton y Bruce (1999) anunciaron que en sus indagaciones científicas habían observado que un cambio de mirada emerge como el disparador de un cambio de atención visual reflexivo, tanto para niños como para adultos.

Los estudios hechos por Paul Ekman (1985), Adelman y Zajonc, nos demuestran que al movilizar los músculos del rostro representando un estado de bienestar, alegría, enfado, asco, etc., nuestro cerebro, percibe esa sensación de bienestar, alegría, enfado o asco; lo que nos confirma esa conectividad interactiva del rostro y el cerebro que no se da en ninguna otra parte del cuerpo.

El genetista Armand Marie Leroi (2005), profundo conocedor de las mutaciones del ser humano, al hablar de donde se localiza la felicidad nos dice: “Cada vez es más probable que sea en nuestro rostro”,“Cuando juzgamos la belleza de alguien lo primero que juzgamos es su cara”, “todos los médicos están de acuerdo en que la cara es una parte del cuerpo muy complicada donde los ojos, la nariz y las marcas cutáneas reflejan casi todas las enfermedades ocasionadas por el entorno” .

Armand Marie Leroi va mas allá y recuerda que casi todos los trastornos genéticos también dejan su huella en la cara” “La belleza, aunque apenas seamos conscientes de ello, es la ausencia de error. No es una cualidad en sí misma, sino la ausencia de vicisitudes en la vida, de mutaciones reflejadas en el rostro, de vez en cuando vemos a alguien que ha escapado de ellas, y decimos que encarna la belleza”.

Estas mutaciones también se reflejan en nuestro cerebro por dentro como no podría ser de otra forma, E. Goldberg (2001) al hablar de las patologías o síndromes nos dice: “todas estas patologías tienen abanicos amplios y solapados de expresiones neuroanatómicas, puesto que las pautas de déficit cognitivo dependen más de la neuroanatomía del trastorno que de su causa biológica (una circunstancia que no captan completamente muchos médicos y psicólogos)”.

Los morfopsicólogos vemos esas mutaciones causadas por las vicisitudes de la vida reflejadas en el rostro.

Lane, A. y otros (1997) nos recuerdan “tanto la piel como el cerebro derivan del ectodermo y se desarrollan paralelamente, por lo que estos rasgos pueden suministrar claves indirectas de la patología cerebral ”como se puede observar en la alteración genética producida por la trisomía 21, que produce el Síndrome de DOWN, ésta tiene consecuencias morfológicas que apreciamos en el rostro y psicológicas: el nivel intelectual, aunque variable según los casos, es bastante más bajo que el normal, y coinciden como acabo de decir, unos rasgos morfológicos identificados en el rostro de manera especial con cierta similitud.

El subyacente cerebro y el recubriente rostro están complicadamente entrelazados (DeMeyer, 1975)(39). Se acepta que una apariencia facial inusual, con frecuencia indica una anomalía cerebral (Smith 1988)(40) y que el desarrollo cerebral y craneofacial temprano interactúa en tal medida que “El cerebro debajo y el rostro encima están inexorablemente entrelazados” (Sperber, 1992) El Dr. Sperber nos dice: “La cabeza humana es la sede de grandes cambios evolutivos superpuestos a un conjunto más conservador de estructuras fundamentales que secundan las funciones olfativas, visuales, respiratorias, gustativas, masticadoras y auditorias. Las zonas faciales que albergan los órganos de estas funciones se desarrollan, mediante la emigración y proliferación de la cresta neural ontogénica y la interacción ectomesenquimal, en cinco salientes (el frontonasal medio, y los pares de protuberancias maxilar y mandibular) que están modelados sobre un metamerismo filogenético primitivo….. Lo que está establecido inicialmente para formar el rostro de alguien dicta todo el futuro de este alguien, porque el rostro de uno es realmente su destino”.

Desde una perspectiva embriológica, el rostro apoya al cerebro durante su desarrollo. Así pues, alteraciones en el normal crecimiento del cerebro y de la base craneal pueden dar como resultado un modelo facial anormal que persiste después del nacimiento. (Sperber 1992; Diewert & Lozanoff, 1993). El crecimiento frontonasal y las estructuras medias del cerebro (hipocampo y cortex entorinal) se desarrollan en la misma época. Kjaer (1995) :

Diewert & Lozanoff (1993) concluyen” “Los resultados de este estudio y el análisis de las cabezas seccionadas frontalmente, realizados por Diewert y Lozanoff, 1993; Diewert y otros, 1993a; Diewert y Wang, 1992, muestran la intima relación entre el rostro y el cerebro durante el desarrollo craneofacial normal. El rostro está esencialmente sustentado por el cerebro en crecimiento, que provoca amplios cambios morfogenéticos en este rostro. Las anomalías craneofaciales se crean, sobre todo, al principio del desarrollo.

Igualmente se sabe que las personas que padecen el síndrome de Williams son sociables, empáticas y comunicativas. Su capacidad lingüística es notable, y su coeficiente intelectual es bajo. Estas personas suelen ser de corta estatura, nariz pequeña y respingona, orejas ovaladas, bocas grandes con labios carnosos, ojos saltones muy distanciados el uno del otro y una barbilla pequeña (John P.J. Pinel [2007]).

En las personas con síndrome alcohólico fetal (SAF) se encuentran alteraciones morfológicas en el rostro, como son nariz corta, chata y de orificios antevertidos, cabeza pequeña, ojos pequeños, mejillas chatas, mandíbulas pequeñas, labio superior delgado y filtrum interlabial (surco de la línea media del labio superior) plano. Según el Dr. Joaquín Fernández Toral, Prof. de Pediatría (Dpto. de Medicina) de la Universidad de Oviedo y Jefe de la Sección de Genética Pediátrica del Hospital Central de Oviedo, estas alteraciones también nos informan de un desarrollo mental más lento y como consecuencia, de unas carencias cognitivas evidentes, (Smith 1988)(40).

Los estudios de gemelos univitelinos nos facilitan una información evidente al proporcionarnos rostros casi idénticos. Dichos estudios han demostrado que gemelos idénticos comparten un gran número de rasgos comportamentales. Estos incluyen gustos y preferencias de tipo religioso o intereses vocacionales que se suelen considerar como rasgos distintivos de la personalidad (Kandel, Schwartz y Jessell, 1999). Igualmente rigurosos estudios científicos que agrupan un gran número de parejas de gemelos, nos informan de que la timidez, la hiperactividad, el optimismo, la agresividad, el desarrollo cognitivo, la sociabilidad o la tendencia a la infidelidad, por ejemplo, son coincidentes en estas personas. Este ejemplo empírico, evidente y determinante nos lleva a afirmar las correlaciones que hay entre formas-funciones y su psicología aunque no sea una correlación simple entre una estructura y una función, pero sí hay una localización funcional interactiva con un resultado diferente en función del soporte de las otras zonas.

Como dice Joseph LeDoux (1999) “aunque las funciones mentales implican muchas zonas diferentes que funcionan a la vez, cada función precisa de un conjunto determinado de zonas interconectadas, es decir, de un mecanismo propio”.

Estos descubrimientos y deducciones de cómo actúa el cerebro por dentro encajan en el principio y metodología morfopsicológica en la que si bien hay una localización funcional (un mecanismo propio) como puede ser la frente, los ojos, la nariz, la boca, las mandíbulas, etc., no es una relación simple entre estructura y función sino que dicha función será modificada, y por lo tanto con resultados diferentes, dependiendo del soporte que le den las otras partes del rostro y el impulso vital que tengan. Como nos decía el Dr. Corman para poner en evidencia la fisiognomía, “nadie va andando por la calle con una nariz, o una frente, sino que va integrado de todo el cuerpo interactivo”.

La Morfopsicología se fundamenta en el conocimiento y en la justa apreciación (cualitativa y cuantitativa) de los rasgos y elementos que componen el rostro, efectuado sobre la ley fundamental de la dilatación-retracción.

Su estudio se centra en la ley básica fundamental de la Dilatación-Retracción. Tambien se estudia la ley biológica de la polaridad del sistema nervioso Tonicidad-Atonia que nos informa de la dualidad receptividad-actividad. Con estas leyes biológicaas fundamentales se estudian dos leyes dinámicas: La ley del equilibrio-harmonia y la ley de la integración y evolución que nos informa si el ser integra los antagonismos o no, ya que el ser humano es un todo, o el resultado de una interacción constante de tres instancias: * Su organismo que depende de su ADN que engendrará su constitución. * Su psicquis o espiritu que anima dicha constitución, y , * el medio de vida que participara de la definición del temperamento.

La Morfopsicología tiene en cuenta el aspecto cuantitativo y cualitativo del rostro.

Jean-François Lambert (Enero 2000), Jefe de la Unidad de Psicofisiología de la Universidad de París IV, Pierre et Marie-Curie, Presidente de la Unidad de Psicofisiología de la Universidad Interdisciplinar de París (UIP) y Presidente de la Sección Francesa de Amnistía Internacional después de varios estudios realizados con morfopsicólogos dice: “Si toda actividad mental está necesariamente sujeta al funcionamiento cerebral, una actividad tal no se reduce a la fisiología nerviosa que no sabría construir el horizonte último de la Morfopsicología”...”

Todas las relaciones entre estructuras nerviosas y actividad mental quedan, más que nunca abiertas y la Morfopsicología encuentra su sitio en esta abertura”… “la Neuropsicología aporta a la Morfopsicología argumentos susceptibles para confirmar sus numerosos estudios empíricos e intuiciones… “inversamente, la Morfopsicología está capacitada para aportar a la psicofisiología humana la dimensión de la cual, a menudo, está un poco falta”….” a través de la Morfopsicología he tenido la oportunidad de descubrir nuevas coherencias entre los diferentes saberes dentro de los cuales el hombre es a la vez objeto y sujeto“….” los psicólogos y psiquiatras que sin conocer, la descalifican, desconocen que existe en las correspondencias de la forma y el psiquismo una realidad muy cargada de profundas significaciones”.

Alan J. Fridlund (1999) nos dice: “También hemos comenzado a rellenar mapas de las conexiones entre el rostro y el cerebro; las perspectivas en este terreno son halagüeñas, dado que la tecnología aplicada a la obtención de imágenes neuronales les está llegando al nivel de nuestras preguntas (Posner y Raichle, 1994). Quizás más relevante aún sea el hecho de que acabamos de empezar a vislumbrar las íntimas relaciones entre el rostro y el lenguaje, intimidad que recae tanto en sus revolucionarios orígenes como en el papel crucial del rostro en el moderno lenguaje hablado”.

No obstante, no se trata de correlación simple, sino de simultaneidad e interacción de fuerzas y funciones. “No existe relación simple entre la forma y la función”, ya que habrá que observar si la dominancia es cualitativa o cuantitativa, dependiendo del modelado y la vivacidad del receptor situado en esta zona y la armonía (sincronismo) entre las tres zonas. Dicho de otra forma, dependerá de la interacción sincronizada de todo el rostro; una zona o un elemento del rostro puede cambiar toda la estructura y personalidad del sujeto.














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1 comentario:

  1. Hola, te felicito, me parece muy interesante este apartado de la MORFOSICOLGIA.

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