De cómo los conflictos emocionales repercuten en nuestra salud. Esos conflictos que nos asaltan en el dia a dia. Y que no resolvemos. Pero que permanecen a flor de piel, o bajo nuestra piel. O lo que es peor; sin ser asimilado, ni procesado adecuadamente por nuestra inteligencia emocional.
Los dermatólogos han observado que las enfermedades de piel prevalecen en los pacientes que alientan resentimiento, autocompasión, frustración, ansiedad, culpa y disgusto consigo mismos.
Durante años podemos suprimir nuestras emociones negativas, pero finalmente brotan como burbujas supurantes y encuentran alivio en síntomas físicos.
De acuerdo con nuestras debilidades y predisposiciones naturales, esta conversión de energía nerviosa puede dar origen a enfermedades de piel psicosomáticas, dolores de cabeza, alteraciones intestinales, reumatismo, ataques cardíacos o cáncer.
Las personas que habitualmente se irritan por problemas emocionales y permiten que ‘queden bajo su piel’, pueden resultar con problemas que en algún momento brotan como lesiones irritantes en la superficie de su cuerpo.
Los cardiólogos han demostrado que los ataques cardíacos son particularmente comunes en individuos agresivos, competitivos y obsesionados por el tiempo.
Los gastroenterólogos han observado una relación similar entre las actitudes emocionales y las enfermedades intestinales y estomacales. Con frecuencia se encuentra que las úlceras pépticas están asociadas a la ansiedad o a la hostilidad reprimida.
Los estados de ansiedad prolongados son, obviamente, dañinos para el estómago, así como para otros órganos.
Los especialistas en cáncer han aportado más contribuciones para esbozar la actitud mental ideal.
El Dr. Lawrence LeShan, un psicoterapeuta clínico, analizó las historias de vida de más de 500 pacientes de cáncer.
Su investigación, descripta en ‘YOU CAN FIGHT FOR YOUR LIF’E, reveló un estrecho vínculo entre la depresión y la angustia y la aparición del cáncer. Muchos pacientes se sentían vencidos por la ruptura de relaciones muy estrechas, contrariedades emocionales que habían intentado ocultar por todos los medios.
Como resultado llevaban una vida caracterizada por sentimientos encubiertos de angustia reprimida, un estado de ánimo que alteró su equilibrio neurohormonal y probablemente tuvo un efecto adverso sobre su respuesta inmunológica.
Estudios similares realizados por otros investigadores médicos han confirmado la certeza de la observación de LeShan. El Dr. A. H. Shmale y el Dr. H. Iker, de la Universidad de Rochester en Nueva York, dedicaron su atención a un estudio de pacientes femeninas con cáncer cervical.
Encontraron que estas infortunadas mujeres comúnmente experimentaban frustración y angustia por conflictos emocionales que se sentían impotentes para resolver.
Mediante el empleo de mediciones psicológicas pudieron identificar de antemano a estas ‘personalidades propensas al desamparo’.
De esta manera pudieron tomar a un grupo de mujeres saludables con una predisposición biológica al cáncer cervical y predijeron con una certeza del 72,5% cuáles llegarían a desarrollar tumores malignos.
Todo el mundo pasa por momentos esporádicos en que se siente disgustado, desamparado, ansioso, desanimado, desgraciado, resentido o frustrado.
La experiencia ocasional de estos sentimientos negativos es a la vez natural y saludable, puesto que nos alerta sobre defectos en nuestro ambiente emocional y nos motiva a hacer los cambios necesarios en nuestro estilo de vida para restaurar nuestra salud psíquica y nuestro bienestar físico.
Los problemas sólo surgen cuando estas emociones pasajeras persisten y llegan a transformarse en estados de ánimo permanentes.
Cuando sucede esto, pueden aparecer úlceras gástricas como resultado de estados persistentes de hostilidad frustrada o presentarse ataques cardíacos debidos a actitudes de agresión no aliviada.
Las actitudes mentales son determinantes importantes de la salud como condicionantes cruciales de la longevidad. El modo en que pensamos y sentimos condiciona la CALIDAD de nuestra vida y con frecuencia controla también su CANTIDAD.
Esto se vio demostrado por un estudio prospectivo de más de 200 hombres, realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Harvard.
Los hombres fueron elegidos porque presentaban antecedentes académicos, condición social y posición económica similares. Todos estaban en su cuarentena al comienzo del estudio y disfrutaban de buena salud.
Una década después veinte de esos hombres habían muerto, mucho antes de alcanzar la edad de la jubilación. Pero las muertes no se produjeron al azar.
Las pruebas mostraron que sólo el 3% de los hombres emocionalmente sanos habían muerto a los cincuenta y tres años, en tanto que el 38% de los hombres que tenían los puntajes menores en salud mental habían muerto o estaban crónicamente enfermos a esta temprana edad.
Los psicólogos han seguido esta línea de investigación y en este proceso nos han presentado un panorama aún más claro de las actitudes emocionales que promueven la salud y realzan la vida.
Pocas contribuciones en este campo han sido mayores que las de Abraham Maslow, ex presidente de la American Psychological Association, uno de los pensadores más originales del movimiento sobre el potencial humano.
Comenzó con un análisis del carácter de dos seres humanos excepcionales, sus maestros Max Wertheimer y Ruth Benedict.
Los consideraba ejemplos admirables de individuos exitosos y bien adaptados y deseaba ver qué los había ayudado a tener éxito. Cuando estudió las notas que había tomado encontró, para su sorpresa y deleite, que tenían en común ciertas características y valores.
‘Estaba hablando de un tipo de persona’, recordó más tarde, ‘no acerca de dos individuos incomparables’. Alentado por este resultado extendió su estudio a una variedad más amplia de individuos dignos de envidia.
A diferencia de sus colegas, que pasaban su vida en el estudio de los enfermos mentales y de los marginados sociales, Maslow pensaba que sería más revelador estudiar la vida de personas excepcionalmente saludables, competentes y satisfechas.
Una vez más descubrió que estos destacados individuos, cualesquiera fueran sus ocupaciones y estilos de vida física, compartían ciertas características mentales importantes.
Todos estaban comprometidos en una tarea o causa que les proporcionaba un intenso sentido de motivación y utilidad. Todos tenían una idea clara de su propia identidad y podían hacer juicios de valor independientes sin sentirse demasiado influidos por las opiniones y creencias de los otros.
Eran autónomos y tenían confianza en sí mismos y aun así se relacionaban fluidamente con sus parientes, colegas y amigos.
Además, Maslow encontró que estos individuos ‘autorrealizados’ eran más espontáneos que rígidos y más serenos que ansiosos. Como resultado de su investigación había identificado un síndrome de mentalidad saludable, un conjunto de características emocionales que actuaban conjuntamente en forma sinérgica para promover la satisfacción, la salud, las relaciones felices y el logro exitoso de objetivos y aspiraciones vitales.www.inteligencia-emocional.org
ME PARECE MUY INTERESANTE TU ARTICULO, ME GUSTARIA SABER SI ME PUEDES FACILITAR ALGO DE MATERIAL O BIBLIOGRAFIA ELECTRONICA SOBRE EL LOS CONFLICTOS EMOCIONALES Y SU RELACIÓN CON EL CANCER. ESTOY POR INICIAR UNA INVESTIGACIÓN SOBRE ESTO Y NECESITO DOCUMENTARME. TE DEJO MI MAIL: schneider_klein@hotmail.com GRACIAS!
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