La zona del Misterio: EN PROCESIÓN CON LA SANTA MUERTE

La “Procesión de la Santa Muerte”, parte a las 5:30 de la tarde del Santuario de Santa Bárbara, en Guadalajara, Jalisco (Mexico). Ubicado en el interior de una vieja casona habilitada como templo dedicado a la “niña blanca” en la 8 oriente 408.
Como pago se le coloca en su altar de ofrenda, fruta, cigarros y chocolates todos los días.
El recorrido lo encabeza el padre José Manuel Bello Núñez; al frente seis hombres cargan un Cristo crucificado de gran tamaño, seguido por dos imágenes de la Santa Muerte de 1.80 metros de altura, vestidas en tonos morado y blanco, las cuales avanzan lentamente hacia el Boulevard 5 de mayo.Luego dan vuelta en la 7 oriente y recorren esa calle hasta la 11 sur, siguen la 11 sur-norte hasta la 8 poniente y de ahí retornan al santuario en una procesión que se prolonga más de dos horas.
Todos van descalzos y en silencio.
Hay ocasiones en que son agredidos verbalmente. Algunos no procesionan por temor al repudio. Ya que algunos prefieren vivir el culto en la sombra. Solo los más valientes se atreven a procesionar.
Minutos antes de las seis y media, los seguidores de la Santa Muerte se detienen en la esquina de la 3 sur y la 7 poniente para orar.
Después, todos se toman de las manos y, siguiendo la voz del sacerdote, repetían:
“Bendito y glorioso padre, el día de hoy, con esta marcha, te pedimos perdón por todos nuestros pecados y te pedimos retornes a nuestros corazones este domingo de resurrección.
Con el sacrificio que te entrego en esta tarde, dándote el luto que mereces, te pido padre mío que seas mi dulce protección”.
Luego, las oraciones van para la Santa Muerte: “Bendita y gloriosa madre, ángel de la santa muerte, unifícanos como un solo cuerpo, que con nuestras manos enseñemos el amor hacia todos los demás, pero sobre todo, que el día de hoy, bendita y gloriosa madre, nos cubras con tu manto maternal.
Ángel de la santa muerte, digno servidor de dios, baja a ésta tu iglesia y por siempre guíala con el poder del espíritu santo”.
Cuando el sacerdote dice a todo pulmón “Ángel de la santa muerte”, todos le responden “líbrame de todo mal”, para culminar en coro con una muestra de sincretismo religioso:
“Contigo voy Santa Muerte y en tu poder yo voy confiado, pues yendo de ti amparado mi alma volverá segura; dulce madre no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes, y solo nunca me dejes, ya que me proteges tanto como verdadera madre, haz que me bendiga el padre, el hijo y el espíritu santo, amén”.
Además de las plantas de los pies totalmente ennegrecidas por el contacto con el pavimento aún caliente, los devotos de la ‘niña blanca’ tienen en común las imágenes en las manos –vestidas de diferentes colores.
“Si la vistes de negro te protege de ‘trabajos’ que se hacen contra la casa o el negocio –explica el joven del tatuaje–; el rojo atrae armonía y éxito, y también sirve para el amor; el dorado representa el poder económico, para encontrar o conservar el trabajo; el blanco ayuda a limpiar la energía negativa; el verde ayuda en cuestiones legales y la túnica morada es para la salud”.
Sobre el estereotipo de la Santa Muerte como protectora de narcotraficantes y delincuentes, muchos siguen creyendo que la Santa Muerte no es buena porque se le piden cosas malas, pero lo que no saben es que si lo hacen puede revertírseles la maldad, por eso los procesionantes no lo hacen.

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