El protocolo de Groningen se hace efectivo cuando padres y especialistas se reúnen con el objetivo de valorar la situación en la que se encuentra el niño, dependiendo del resultado y del juicio de los médicos, si se considera que el sufrimiento del bebé es severo y los padres así lo creen, el resultado será practicar la eutanasia en el bebé.
En el caso de la espina bífida hay que recordar que se trata de una malformación congénita del tubo neural, en la que la médula espinal se queda desprotegida. Una de las principales razones que causan esta malformación es la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al embarazo.Holanda difiere con respecto a la mayoría de países europeos, los médicos holandeses creen que los tratamientos que se aplican contra las enfermedades deben traducirse en una mejora del paciente, y si esta mejora no llega, el tratamiento es inútil e innecesario y debe abandonarse.
Algo distinto ocurre en otros países, por muy pequeña que sea la posibilidad, los especialistas intentan utilizar todas las armas a su alcance para ayudar al enfermo, incluso cuando las estadísticas indican que podría ser un trabajo infructuoso.
La esperanza es lo último que debe perderse, es difícil imaginar cómo deben sentirse los padres holandeses a los que les quitan toda esperanza, aunque la cultura tiene mucho que ver y seguramente este tipo de hechos los tendrán asumidos. Lo creemos así porque no se ha hecho nada por eliminar este protocolo.
Definiremos un poco más el protocolo de Groningen, en él se categorizan todas las condiciones que pueden desembocar en una eutanasia activa, estas serían: una calidad de vida deficiente, la imposibilidad de que esta vida pueda ser disfrutada de forma independiente, un dolor agudo y permanente o requerir ayudas y cuidados continuados de por vida, entre otras cosas.
Posiblemente más de un lector crea que se trata de un protocolo totalmente inhumano, nada asociado a lo que es la condición humana, y así es. Nos basamos en las palabras de cientos de especialistas que indican que nosotros no podemos saber si la vida puede ser insoportable para el bebé.
Pero además añadiríamos, que en un futuro próximo se puede encontrar el remedio a la enfermedad que padece un bebé que ha sido “ejecutado” bajo el protocolo de Groningen.
Nuestra conclusión es que un protocolo de actuación médica debería estar aceptado y respaldado por toda la comunidad médica y científica, y más cuando se trata de la vida de un bebé.
Vía | Radio Nederland Wereldomroep Más información | Aceb
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